En los espacios públicos no se debe fumar. Así lo entienden los 146 estados, entre ellos España, que han firmado en Bangkok (Tailandia) el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco. El texto ofrece a los gobiernos nacionales y locales nuevas orientaciones para restringir el tabaquismo en espacios públicos y lugares de trabajo, dado que «hay pruebas científicas sólidas de que ningún nivel de exposición al humo del tabaco ajeno es seguro», afirma el director de la Iniciativa de la OMS para un Entorno sin Tabaco, Douglas Blettcher.
Aunque la OMS deja que las legislaciones nacionales definan qué comprenden por lugar público, recomienda que la definición «abarque todos los lugares accesibles al público general, o lugares de uso colectivo, independientemente de quién sea su propietario o del derecho de acceso a los mismos». De seguirse esta recomendación, España debería modificar la Ley del Tabaco, que permite fumar en los locales de menos de cien metros cuadrados, y establece zonas de fumadores en los de mayor tamaño.
El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) expone en un comunicado que este convenio es «histórico» y lo equipara al que se firmó en Kyoto (Japón) para controlar las emisiones de CO2 a la atmósfera. Rodrigo Córdoba, miembro de la junta directiva del CNPT, explica a CF que será sobre todo útil en países en vías de desarrollo, que «sufren de la misma manera que los industrializados la epidemia de tabaquismo, pero se encuentran más desamparados jurídicamente».
Córdoba estima que la normativa española en hostelería «es claramente un fracaso», y afirma que «hay que avanzar hacia ese escenario en el que todos los espacios públicos cerrados sean espacios sin humo, y para ello existen múltiples razones científicas y jurídicas», sostiene.
A través del convenio, los países también se han comprometido a negociar un protocolo vinculante sobre comercio ilícito de productos de tabaco y una regulación más restrictiva en cuanto a su empaquetado y etiquetado, así como para su publicidad y promoción transfronteriza.
Asimismo, también se exige una mayor accesibilidad a las terapias farmacológicas para dejar de fumar. Las legislaciones nacionales deben entender que lugares públicos son «todos los accesibles al público general», sea quien sea su propietario.