La difusión masiva de las máquinas tragaperras y la creciente oferta de juego a través de Internet ha provocado el aumento de los casos de ludopatía. Se calcula que hasta un 3% de la población sufre este trastorno mental. Los expertos se quejan de la falta de atención a estos enfermos por parte del sistema sanitario y piden que la ludopatía se considere como una «adicción sin sustancia«.
En el marco de la celebración de una jornada sobre juego patológico organizada por las fundaciones Gaudium y Ramón Areces, los expertos reunidos han considerado apropiado un cambio de la catalogación del trastorno mental. Han asegurado que las características de este desórden encajan más con las de una adicción que con un trastorno de control de impulsos, que es como está clasificado de manera oficial, junto a la piromanía y la cleptomanía.
De esta forma, según explica Ana Requesans, directora ejecutiva de la Fundación Gaudium, la ludopatía debería beneficiarse de las recursos destinados al Plan Nacional de Drogas.
Asimismo, han sugerido que parte de los impuestos provenientes de las actividades relacionadas con los juegos de azar deberían destinarse a centros de tratamiento para la rehabilitación y a programas de investigación sobre la enfermedad.
La ludopatía suele ir acompañada de otros trastornos, como el abuso de alcohol, la depresión o los trastornos de personalidad.
En muchos casos los ludópatas no buscan ayuda terapéutica, niegan su situación o le quitan importancia. «Las personas que están en los centros tienen un larguísimo historial», ha asegurado Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica en la Universidad del País Vasco.
De hecho, «suelen aparecer en los centros después de cinco o hasta 10 años de juego compulsivo, cuando no tienen más remedio y obligados por los problemas con la justicia», ha señalado.
Reto terapéutico
Todo ello plantea la ludopatía como un reto terapéutico. Sin embargo, ni siquiera hay un acuerdo sobre los tratamientos más adecuados para hacerle frente.
«En general, los ludópatas no tienen asistencia en la sistema sanitario de salud mental oficial. No son atendidos y tienen que recurrir a las asociaciones«, ha explicado. No obstante, cuando son tratados «culmina con éxito en el 60-70% de los casos».
El tratamiento más utilizado se prolonga durante tres o cuatro meses y consiste en terapia psicológica combinada con fármacos. Los medicamentos aplicados suelen ser del tipo antidepresivo, como los inhibidores de la recaptación de la serotonina, para controlar la impulsividad.
«Tres de cada cuatro jugadores en tratamiento logran no volver a jugar, pero existe un gran número de ludópatas que no están siendo tratados y no entran en los circuitos terapéuticos», ha subrayado Echeburúa.