Según el estudio de la Central Alemana para la Investigación de la Salud (BZgA) que recoge este dato, la ingesta de estas combinaciones alcohólicas por parte de los más jóvenes está fomentada por las características del producto.
Los «Alkopops» son mezclas de bebidas alcohólicas con agua, gaseosa o zumos de fruta, que contienen a menudo conservantes, colorantes y aromas que hacen más atractivo el producto y disfrazan su contenido de alcohol, lo que a su vez eleva el consumo.
A veces se le añaden otros componentes como cafeína o taurina, que se encuentran normalmente en las bebidas energéticas y cuya mezcla con el alcohol puede resaltar sus efectos.
Cada botella alcanza una graduación etílica de entre el dos y el siete por ciento, según la marca elegida, cantidad esta última que es similar a la de una cerveza fuerte.
Además, el sabor y el diseño de las botellas de los «Alkopops» están dirigidos a un público eminentemente joven, entre los cuales el consumo de estos combinados ha adquirido un rol social, afirma la BZgA.
A esta organización le preocupa también la imagen que los creadores transmiten del producto como bebidas refrescantes, lo que hace que con frecuencia se tomen para quitar la sed y se ignore su contenido de alcohol, afirma la institución.
Una de las empresas que produce estas bebidas es Bacardi, que fue la pionera del mercado de los «Alkopops» en Alemania en 1995 y que afirma en su página web que sus mezclas son «refrescantes» y están hechas «con frutas del Caribe».
El Gobierno alemán, ante el incremento del consumo de estos líquidos entre los jóvenes, que se cuadruplicó entre 1998 y 2003, hizo una mención especial en la Ley de Protección de los Menores de los Riesgos del Alcohol y el Tabaco, aprobada el pasado año.
En virtud de ella se aprobó otra disposición en la que se fijó un impuesto especial, para cada botella de 275 mililitros, de entre 80 y 90 céntimos de euro, dependiendo del volumen y porcentaje de alcohol incluido, tasa que eleva el precio del «Alkopop» en supermercados a unos dos euros y en bares a unos cinco.
Con esta medida adicional se pretendía frenar entre los menores de edad el consumo de estos combinados, que según el Ministerio alemán de Salud y Seguridad Social «impulsan a los jóvenes a un consumo regular de alcohol más temprano».
Asimismo, se obligó a los distribuidores a colocarlos junto a las bebidas alcohólicas de alta graduación, y no junto a los zumos, cervezas y bebidas para fiestas, como se había hecho hasta entonces, pese a la indicación en las botellas de que se trata de un producto prohibido para menores de 18 años, que los fabricantes de «Alkopops» incluyen por ley desde finales de 2004.
El Ministerio de Salud informó en mayo de que, en los primeros nueve meses de aplicación del nuevo impuesto, se redujo el consumo de «Alkopops» significativamente: un tercio de los jóvenes que compraban estas bebidas dejaron de hacerlo después de la implantación de la tasa especial.
Por otra parte, la Asociación de la Industria Alemana e Importadores de Bebidas Alcohólicas (BSI) mantiene una postura ambigua sobre estas combinaciones.
Por un lado, la BSI se opuso firmemente a la aprobación del impuesto especial sobre los «Alkopops» y consideró que no estaba justificada esta tasa adicional, al contener las bebidas los mismos niveles de alcohol que el vino y la cerveza y cantidades similares de azúcar a las de otros combinados.
Sin embargo, cuando algunos de estos creadores lanzaron al mercado la versión en polvo de los «Alkopops», en sobres para mezclar con agua, la asociación se distanció de estos productos y aseguró que pueden dar lugar a una «campaña demagógica» contra la industria de bebidas alcohólicas.