La dependencia a las nuevas tecnologías se ha convertido en la nueva causa de utilización del Teléfono de la Esperanza, según aseguró el director de esta Organización No Gubernamental, Juan Sánchez, quien precisó que «aunque no es una primera causa de llamadas sí es una nueva causa de llamada».

Sánchez explicó que esta nueva adicción, por ejemplo de Internet, «está haciendo que la gente esté encontrando satisfacciones de forma más rápida, lo que también produce una frustración muy rápida», lo que hace, según indicó a Europa Press, que «las personas presenten insatisfacción, inseguridad y ansiedad».

Aunque aseguró que las personas siguen llamando por situaciones de crisis o soledad, reconoció que lo que provoca estas situaciones «sí ha cambiado, porque los roles son otros, los tipos de familias van cambiando, la mujer se ha incorporado al mercado de trabajo, además de las nuevas adicciones», entre las que se encuentran no sólo las nuevas tecnologías sino sobre todo las drogas.

En este punto, incidió en que «hace 20 años, el problema de la drogadicción no existía como ahora», como tampoco se daban las mismas situaciones laborales que en la actualidad, aunque «en definitiva, los resultados son los mismos, de soledad y frustración».

El director del Teléfono indicó que la primera causa de llamada sigue siendo la depresión y trastornos psicológicos; la segunda, problemas familiares y relacionales; mientras que la tercera es referente a las cuestiones jurídicas y de asesoramiento en asuntos matrimoniales.

EL PERFIL DEL USUARIO

El perfil del usuario del Teléfono de la Esperanza es una mujer casada, entre 32 y 52 años, según afirmó Sánchez, quien precisó que los motivos por los que llaman varía principalmente según la edad.

Así, indicó que cuando la mujer tiene poco más de 30 años «les afectan los problemas que se encuentra a nivel de maternidad, de adaptación a la vida de pareja o que vienen de la familia de origen»; posteriormente, «acuden las que no se les gratifican las tareas del hogar o las que no saben cómo compartir las tareas dentro de la casa y fuera».

El director del Teléfono de la Esperanza señaló que a partir de los 50 años «sigue siendo protagonista la mujer, con problemas de menopausia». Por el contrario, los hombres llaman cuando tienen entre 28 a 32 años «y cuando llega a la vida del matrimonio llaman menos».

En lo que respecta a las personas de más de 50 años y de tercera edad «suelen llamar poco», indicó Sánchez, quien explicó que «las llamadas que se producen son por problemas de soledad».

El pasado año se recibieron unas 4.500 llamadas, cifra que «esperamos superar», indicó el responsable, ya que «se está publicitando más y se está haciendo mayor expansión del teléfono de forma que no sea sólo para momentos de crisis sino que también cumpla una acción preventiva».

En este sentido, Sánchez aseguró que este objetivo se intenta conseguir «a través de cursos» relacionados con materias como el crecimiento personal, autoestima, herramientas de Educación a hijos y alumnos o de afectividad.

Entre las actividades paralelas del Teléfono de la Esperanza destacan los grupos de psicoterapia para mujeres maltratadas específicos, debido a que «ahora están más mentalizadas de que hay que denunciar».