La adicción a todo tipo de videojuegos, de consola o ordenador, a los casinos virtuales y a las distintas ofertas lúdicas de los teléfonos móviles de última generación ha provocado que el porcentaje de menores ludópatas supere al de los adultos de todas las edades en la provincia de Málaga.

Un estudio realizado por Fajer, Federación Andaluza de Jugadores de Azar Rehabilitados revela que la edad media de los jugadores patológicos es cada vez más baja.

Este análisis engloba a todas las provincias andaluzas y advierte que el número de menores adictos al juego entre los 16 y 17 años triplica al de los jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 30 años. En concreto, el 4 por ciento de los menores de esa edad son jugadores dependientes, un porcentaje que baja al 1,4 por ciento entre los 18 y los 30 años, sube al 2,3 entre los 31 y los 56 años y baja al 0,6 por ciento en el caso de los mayores de 56 años. La cifra de ludópatas dependientes en la provincia de Málaga es el 1,6 por ciento de la población total, según el informe.

En concreto, la Asociación Malagueña de Jugadores de Azar Rehabilitados (Amalajer) corrobora un incremento de la población juvenil que padece el trastorno.

Así, el desglose de pacientes durante el pasado año 2004 confirma la tendencia al alza de los jóvenes jugadores dependientes. Concretamente, Amalajer acogió el pasado año un total de 142 personas adictas al juego, de las cuales 34 eran jóvenes de entre 18 y 30 años.

Carolina Casado trabaja como psicóloga en la asociación. La experta asegura que en Amalajer han recibido casos de niños menores de 14 años. «No podemos asistir a un menor de edad si no va acompañado de la persona que lo tutela», explica la psicóloga.

Si el tratamiento de los adultos requiere terapias prolongadas y personalizadas, los jóvenes y menores de edad necesitan un seguimiento especial de carácter urgente.

Uno de los problemas al que se enfrentan los terapeutas es la falta de compromiso de la familia del joven. «Los padres creen que la afición de sus hijos a los videojuegos es una etapa que pasan todos los niños y jóvenes», apunta.

Carolina recuerda el caso de un joven que comenzó su terapia en Amalajer pero pasado un tiempo los padres decidieron interrumpir el tratamiento porque se iban de vacaciones con su hijo.

Por otro lado, la experta afirma que las causas que generan la ludopatía infantil son múltiples. «Por extraño que parezca, no he tenido en mi consulta ningún caso de niñas adictas a los videojuegos o las tragaperras. Por regla general, los videojuegos se transforman en niñeras electrónicas y , por tanto, aíslan al niño de la realidad», argumenta.

Las causas que confluyen en el incremento de la población menor de edad con ludopatía son múltiples. La psicóloga de Amalajer ha elaborado una guía práctica sobre el uso y abuso de los videojuegos por parte de los niños y adolescentes.

Además, esta asociación posee programas preventivos para los escolares de tercero de ESO ya que en las edades que comprende este ciclo formativo se inician las conductas relacionadas con los videojuegos, teléfonos móviles, internet y otras conductas adictivas.

Según la psicóloga los niños se inclinan por juegos con alto contenido violento. Además, relata la existencia de casos de menores adictos a los casinos virtuales que se apropian de la tarjeta del padre para participar en los juegos en la red.

El entorno hostil del menor determina en muchas ocasiones la adicción al juego. La experta asegura que un 60 por ciento de los padres con hijos ludópatas son alcohólicos o han tenido algún problema con el alcohol.

Con respecto a la incidencia de la ludopatía en función del género del paciente, los datos oficiales no desvelan la situación real ya que la ludopatía, a juicio de los expertos, es una enfermedad que se intenta ocultar. El estudio elaborado por el Área de Bienestar Social de la Junta arroja, en este sentido, resultados similares a los de Fajer.

Según este último análisis, un 3,5 es el porcentaje de andaluces varones con este trastorno, frente al 0,3 por ciento de mujeres. El 94 por ciento de los 137 pacientes admitidos en los centros públicos andaluces que tratan la adicción son hombres. Por el contrario, el porcentaje de mujeres andaluzas con esta patología es el 5,8.