Cada año, Galicia asiste a la muerte de más de 4.000 personas por dolencias derivadas del consumo masivo de tabaco. Los profesionales médicos tienen esta cifra constantemente en sus cabezas, y por eso celebran «la magnífica medida de la prohibición». Beneficiará especialmente «a los trabajadores de la hostelería: un grupo de elevado riesgo ya que traga todo el humo de los establecimientos», explica el presidente del Colegio de Médicos de A Coruña, Luciano Vidán. Los facultativos confían en que «se incremente la probabilidad de abandono del tabaco». Según Vidán, «pocas drogas registran semejante unanimidad en el sector de la salud sobre sus repercusiones negativas, deben prevalecer los derechos de los no fumadores».

Apuestan por la ejecución de la futura ley «de forma seria, aunque acompañada de otras medidas: más información, la puesta en marcha de unidades para aprender a dejar el tabaco…». Vidán niega que la propuesta de Jiménez afecte a la libertad del fumador: «Como espacios libres de humo ya tenemos los transportes y los espacios públicos, que se profundice en esa medida sólo beneficiará a la sociedad». Todo el apoyo médico recibe la fórmula progresiva de alejar el humo del ocio, con los primeros pasos en 2006 y el gran salto previsto por la ministra. «En estas cuestiones tan enraizadas, con tantos fumadores, debemos dar pequeños pasos acompañados de la educación sanitaria y de la ayuda para abandonar los hábitos», indica el presidente del Colegio de Médicos de A Coruña. Y en caso de conflicto, «prevalece la salud del no fumador».

La palabra prohibición no gusta demasiado a las sociedades del siglo XXI. Pero los médicos recuerdan que esta regulación «sólo perseguirá mejorar la salud de las personas». Con especial atención a los fumadores pasivos, «que inhalan la misma cantidad de humo que los que encienden el cigarrillo». La ciencia demuestra que esa ingesta «resulta muy perjudicial para todos, pero sobre todo para el personal de bares o restaurantes». Y la retirada del tabaco de los espacios públicos «beneficiará a todo el mundo: trabajadores en hostelería, usuarios que se acerquen a cenar o tomar una copa». Vidán anima sobre todo a dejar de fumar, «no resulta fácil pero hay unidades específicas para abandonarlo». Si elaboramos un perfil del consumidor habitual de tabaco, nos encontramos con un gran porcentaje de mujeres. Y con la juventud de los fumadores: de entre 25 y 40 años de edad. Como dato para la esperanza figura el descenso del consumo entre los jóvenes gallegos.

FUMADORES POR LA TOLERANCIA

La mayoría quiere separación

Contra la radicalidad se posicionan colectivos como el Club de Fumadores por la Tolerancia, formado por apóstatas de la «libertad y la convivencia». Incluso en su web presentan los decálogos del buen y el mal fumador. Su portavoz, Javier Blanco Urgoiti, denuncia que «se ha realizado una encuesta falsa para tomar una mala decisión, cuando la inmensa mayoría de los españoles apuestan por una separación de espacios». Esta plataforma defiende el «respeto de los derechos de todos». Según los datos que baraja este club, el 40% de las superficies hosteleras en España se reservan para fumadores y el resto se declaran libres de humo. «Y el 90% de los bares permiten fumar en algunos de sus rincones, aunque reservando la mayoría del espacio para los no fumadores», calcula Blanco Urgoiti.