El Centro de Integración Juvenil atendió 828 pacientes adictos a diferentes sustancias o drogas, en el último año, informó su director Sergio Mayoral Barranca, previo a su informe de labores.

Destacó que el total de los pacientes que ingresan al centro, la mayoría son consumidores de alcohol, tabaco marihuana, solventes, cocaína y crack. Y más del 60 por ciento de ellos egresan con mejoría.

«La mayor parte asisten con sus familiares, porque son adolescentes, están en edad que dependen de sus padres, y los padres necesitan aprender a poner límites y mejorar la comunicación con ellos».

Sergio Mayoral informó que los jóvenes llegan a las drogas, primero por la disponibilidad de las sustancias, segundo por la curiosidad, tercero por la falta de límites en los padres, un ambiente de represión social y la necesidad de negar los problemas a los que se van a enfrentar en la vida el día de mañana.

«Tenemos una sociedad que busca la autocomplacencia y el placer por delante, en lugar de fortalecer las habilidades que nos van a hacer fuerte, y nos van a fortalecer en la cultura del esfuerzo».

En comparación con el año pasado, el CIJ registra un incremento en el consumo de solventes inhalables en un 50 por ciento, «esto, debido a que ha bajado el consumo de cocaína, crack y que los costos de las drogas son altas para la población, lo que combinado con la mala situación económica hace que volvamos a hacer consumo de una droga que se había erradicado, disminuido considerablemente».

Sobre la situación que prevalece en el ámbito del consumo de drogas, Sergio Mayoral hizo un llamado «a ser tolerantes en el consumo de alcohol, ser estrictos en las medidas de prohibición de entrada de menores en los antros, no barras libres, no horas felices, sí al alcoholímetro, y medidas públicas para disminuir los riesgos.

«El alcoholímetro ha dado buenos resultados, y lo que no tenemos es una vigilancia estricta en la entrada de menores de edad a los antros. Lo que tenemos es permisibilidad en las barraras libres, y una falta de regulación para que los jóvenes puedan entrar los antros y no tengan necesidad de tomar una botella como garantía para tener una mesa, un asiento».