El alcoholismo es una enfermedad que prácticamente nadie reconoce, pues también es un problema social. Una encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) revela que casi 70 de cada cien entrevistados se escudó con un no sé o el silencio ante la pregunta «¿Cuántas veces bebe por semana?».

En el estudio de opinión queda en claro que 59.4% de los jóvenes entrevistados (de 18 a 29 años) respondió que no sabe o no se acuerda cuántas veces toma alcohol a la semana; mientras que 70.7% de los adultos (mayores de 30) mantuvo en secreto su respuesta.

Los encuestadores de GCE descubrieron que 37.6% de los jóvenes acepta que toma una o dos veces cada siete días, 2.2% acepta que bebe tres o cuatro veces, 0.3% dice que lo hace cinco o seis veces y más de seis días 0.5%.

Entre los mayores, 1.9% aceptó que consume bebidas alcohólicas más de seis veces a la semana, 0.2% que lo hace cinco o seis veces, 2% dice que toma tres o cuatro veces cada siete días y 25.1% reconoce que se echa unas copas una o dos veces por semana.

Los datos más recientes sobre este problema señalan que en México beben alcohol 32 millones de personas de 16 a 65 años.

El alcoholismo juvenil

Mario tiene 54 años y es alcohólico. En la celebración de su cumpleaños, Consuelo, su madre de avanzada edad, admitió que cuando su hijo era un bebé ella remojaba el chupón en brandy y se lo daba antes de llevarlo a dormir.

Sin importar que el consumo de bebidas alcohólicas por menores de edad sea un acto prohibido por la ley, más de la mitad de la población probó por primera vez una bebida alcohólica antes de alcanzar la mayoría de edad.

Una encuesta de Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE) reveló que 50.8% de los jóvenes entre 18 y 29 años probó por primera vez una bebida alcohólica antes de alcanzar la mayoría de edad. Los encuestados ubicaron este episodio entre los 13 y los 17 años.

El 42% de los jóvenes encuestados dijo que ingirió licor por primera ocasión durante la cúspide de su juventud, entre los 18 y 24 años. Penosamente, un 4.6% de encuestados admitió haber probado bebidas alcohólicas antes de los 12 años.

La especialista Fabiola Torres Villanueva, de la Fundación de Investigaciones Sociales (FISAC), señaló que desgraciadamente la familia es el principal núcleo en donde se incentiva la ingesta de alcohol a temprana edad, a pesar de ser un delito.

«Está prohibido por la ley, la ley dice claramente: no venta y suministro del alcohol a menores de edad y vivimos en un país en el que lamentablemente los primeros que dan alcohol a sus hijos menores de edad son los padres bajo el pretexto de «enseñar a tomar» cuando claramente eso no es enseñar a tomar, eso es romper una ley», dijo la investigadora Torres.

La encuesta reportó que 37.6% de los jóvenes toma de 1 a 2 veces por semana. El 50.4% señaló de 1 a 3 copas como medida estándar por evento de consumo, y 29.2% admitió consumir entre 4 y 6 copas cada vez que sale de fiesta.

La investigadora señaló que en ocasiones la familia puede tener actitudes irresponsables, pues culturalmente se ve «chistoso» tomarles fotos a los niños pequeños con botellas, o darles una «probadita» de cerveza e incluso hasta emborrachar al sobrino sin tener en cuenta que esto puede causar un daño muy grave en la vida del menor.

«Que los padres, el de la tiendita, el primo grande, la abuelita… no seamos los que fomentemos el consumo de alcohol a menores, cuántas veces hemos estado en reuniones en donde se nos hace chistoso que el niño chiquito meta el dedo a la copa y lo ves ahí haciendo chistosadas y se pone todo chapeado… y se nos hace fantástico y divertidísimo, este tipo de situaciones debería ser no sólo mal visto sino controlado, los adultos somos los primeros en incitar este tipo de costumbres», dijo Torres con indignación.

A pesar de que sería imposible culpar a Consuelo del alcoholismo de su hijo Mario, sí podría señalarse su irresponsable actitud como uno de los denominadores de su problema actual.

Torres señaló que si los familiares o quien vende bebidas alcohólicas a menores supieran realmente el daño que le pueden ocasionar al menor, no promoverían este tipo de conductas.