La ONG Proyecto Hombre de Valencia ha iniciado una serie de terapias dirigidas específicamente a personas con problemas de adicción a Internet, las primeras que realiza esta organización en España.

Las personas que, en nuestro país, padecen este tipo de adicciones son fundamentalmente adolescentes que hacen uso de chats y juegos por Internet de manera constante, así como adultos que “acceden de una forma continuada” a las webs pornográficas, explicó el director técnico de Prevención de Proyecto Hombre Valencia, Ángel Turbi.

En estos momentos, una decena de adolescentes de 14 y 15 años, algunos de ellos acompañados por sus padres, asisten ya a las terapias para adicciones a Internet puestas en marcha por la entidad valenciana. A su vez, varias personas adultas de entre 30 y 40 años reciben tratamiento para evitar la adicción a páginas webs pornográficas, según indicaron las mismas fuentes.

El uso abusivo de Internet entre los adolescentes, en algunos casos hasta las cuatro de la madrugada, «produce absentismo y fracaso escolar, así como aumento de la agresividad y fuertes enfrentamientos» con los padres, según Turbi.

En cuanto a la adicción a los chats para comunicarse por red está relacionada «habitualmente» con «la timidez, la baja autoestima y la escasez de habilidades sociales para relacionarse con los demás de una forma normal, “cara a cara». En el caso de los ciberjuegos, la adicción es «con frecuencia mayor que a los chats o los teléfonos móviles porque competir y ganar son estímulos muy fuertes», explicó Angel Turbi.

El experto explicó que otra causa de la adicción de los adolescentes a Internet es «la falta de control del ocio y el tiempo libre por parte de los padres, lo que hace que los hijos se sientan en soledad y se refugien en la red». También son «normalmente más propensos a estas adicciones los adolescentes con padres separados o con mala relación entre ellos», añadió.

A diferencia de la adicción a sustancias químicas, la terapia que reciben los adolescentes en Proyecto Hombre Valencia para tratar el uso abusivo de Internet «no pretende que los pacientes dejen el consumo, sino que aprendan a realizar un manejo responsable». Para ello, el tratamiento, que abarca de seis a ocho meses, prevé la suspensión del acceso a Internet durante alrededor de dos meses y una posterior recuperación de su uso de forma progresiva.