Los psiquiatras Carlos Castilla del Pino y José María Valls alertaron hoy del aumento del consumo entre los jóvenes de un cannabis «que es diez veces más potente que el de hace unos años» y sin ser conscientes de los daños crónicos que puede causar en el cerebro.

Castilla del Pino, que junto a Valls participó hoy en el VI Simposium «Adicción a las drogas: ¿Adaptación o toxicidad neuronal?» organizado por la Fundación Castilla del Pino, explicó a Efe que «cuanto más joven se comienza el consumo del cannabis más peligroso es», ya que «cada día estamos más convencidos de que el cannabis es un factor causal» para padecer enfermedades psiquiátricas «y otras veces se añade a una predisposición psicótica» de la persona.

Añadió que «hay evidencias de pacientes que tienen brotes psicóticos después de haber consumido cannabis y otros en los que parece que el cannabis fuese el desencadenante de otros procesos más graves».

Destacó además que el cannabis presenta problemas distintos a los de el alcohol o el tabaco porque, aunque estos dos últimos también son drogas que crean adicción y provocan otras enfermedades, «son elementos empotrados en nuestra cultura y sabemos manejarlos».

En este sentido matizó que si bien «hay gente que abusa del alcohol y existe una alta tasa de alcohólicos, en general la sociedad sabe manejarlo y no cabe la menor duda de que la gente sabe a qué atenerse, y eso es muy importante».

Sobre este aspecto destacó que «cada cual es libre de hacer lo que considere oportuno, pero siempre y cuando sepa a qué atenerse y en el caso del cannabis hay que ser consciente de que en algunas ocasiones genera daños para toda la vida».

Señaló además que es consumido fundamentalmente por jóvenes y «el cerebro no madura del todo hasta lo 22 ó 23 años, mientras que toda la etapa anterior es de formación».

Por su parte, José María Valls destacó que «el desarrollo de nuevas plantas de cannabis y su globalización, frente a la producción muy local de hace unos años, hacen que las dosis de sustancia activa se haya multiplicado por tres o por cuatro».

Así, la marihuana o el hachís de hace diez años tenía un grado de sustancias activas «diez veces inferior al que tiene ahora» porque «se está produciendo un cannabis de alto rendimiento en sustancias activas», es decir, «que los jóvenes están usando más cannabis y un cannabis mucho más potente».

En la misma línea resaltó que es en los jóvenes donde más negativamente incide el cannabis en el cerebro porque interfiere en su maduración, «de ahí que los cuadros de ansiedad y depresión pueden permanecer durante mucho tiempo, porque genera un daño cerebral que los convierte en sujetos depresivos durante el resto de su vida».