El nivel de alcoholismo preocupa en Gipuzkoa. Tal es la inquietud por el consumo de esta droga socialmente aceptada, que ha llegado a copar los puestos más elevados en lo que respecta a los tratamientos de la Asociación guipuzcoana de Investigación y Prevención del Abuso de Drogas (AGIPAD).

Según relata la memoria de actividades correspondiente al ejercicio de 2011 presentada ayer, a pesar de que la cocaína es la droga más consumida entre los pacientes (31,5%), los tratamientos por el abuso de alcohol se han intensificado un 22% en el territorio. En esta línea, el 39% de las intervenciones motivadas por la bebida incumbe a mujeres. Ante estos datos, el mensaje de AGIPAD fue claro y conciso: «Hay que seguir potenciando la prevención sin bajar la guardia y centrar nuestro trabajo más en las personas que en las propias drogas».

Tal y como anunció Amaia Barcenilla, técnica de prevención de la asociación, la edad de inicio para adentrarse en el mundo de las drogas se mantiene intacta respecto a años anteriores. En torno a los 14 o 15 años los jóvenes empiezan a ingerir «primero alcohol y posteriormente cannabis». No obstante, las nuevas tendencias vaticinan que la forma de consumir dichos estupefacientes está sufriendo considerables alteraciones. «La manera y la cantidad de ingerir alcohol cada vez es mayor. Antes predominaban las bebidas fermentadas y ahora, en cambio, se tiende a consumir bebidas destiladas, lo que hace que las borracheras sean más fuertes», advirtió.

Del mismo modo, la técnica de prevención recalcó que el alcohol es «mucho más accesible» hoy en día que hace unos años. «Aunque la ley prohíbe comprar alcohol hasta los 18 años, el 100% de los adolescentes que lo requiere lo consigue», lamentó Barcenilla. En cualquier caso, el 50% de los adictos a esta sustancia tiene más de 45 años y el 44% son personas entre los 30 y los 45 años. Por tanto, el alcoholismo «va más allá de la consumición precoz que puedan llevar a cabo los jóvenes».

Así, el presidente de AGIPAD, Fernando Ibarreta, alertó de que la actual crisis económica puede desembocar en una oleada de personas con problemas con las drogas. «Esta situación me recuerda al deterioro vivido en la década de los 80, una época donde el consumo de heroína era brutal y predominaba el desconocimiento. Para no sufrir consecuencias similares debemos de ser estrictamente meticulosos y estar al loro en todo momento», insistió de modo coloquial.

Según los datos que arroja la memoria publicada ayer, el perfil del usuario que acude a AGIPAD es el de un varón (81%), sin pareja (70%), con un nivel de estudios de graduado escolar (75%), parado pero habiendo trabajado anteriormente (37%), con patología psiquiátrica asociada a adicciones (70%) y con residencia en el área de Donostialdea, Bidasoa y Oarsoaldea. Una vez inmersos en el tratamiento, un 55% de los pacientes cumple el objetivo terapéutico de la abstinencia.

La solución para que este tipo de casos no sigan en aumento es la prevención, y es necesario tener en cuenta diversos factores para evitarla, tal y como apostilló Amaia Barcenilla. «Es indispensable retrasar el inicio de consumo, ya que cuanto más jóvenes empiecen a ingerir estupefacientes más riesgos tendrán a nivel físico y será casi imposible que puedan hacer un consumo responsable», señaló la técnica.

A medida que la tarea preventiva comienza a dar sus frutos es «importantísimo» hacer un trabajo a la carta, en vez de «un café para todos». «Cuanto más específico sea el grupo, mejores resultados se conseguirán. Por eso, la labor de prevención debe estar dirigida a los grupos más vulnerables», precisó Barcenilla.

La asociación guipuzcoana ha logrado sobrepasar la barrera de 10.000 beneficiarios y ha alcanzado un total de 10.673 personas, de los cuales 8.361 corresponden al área de prevención y los restantes 2.312, a los servicios de asistencia.