Rocío Raya responde casi todos los días a preguntas como las siguientes: ¿qué consecuencias tendría mezclar alcohol con cocaína?, ¿dónde se pueden hacer las pruebas del SIDA? Como voluntaria del programa En Plenas Facultades, esta alumna de segundo de Enfermería de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid se encarga de asesorar a sus compañeros sobre temas relacionados con las drogas y el sexo.

Hasta el momento, la iniciativa –promovida por la Fundación Salud y Comunidad–, se está desarrollando en siete universidades españolas: la de Barcelona, la Pompeu Fabra, la de Lleida, la de Vic, la de Terrasa, la de Valencia y la Rey Juan Carlos. El programa cuenta con el apoyo económico del Plan Nacional sobre Drogas, la Generalitat de Cataluña, la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana, la institución académica madrileña y distintas administraciones locales.

CLIMA DE CONFIANZA

Cara a cara y en un ambiente distendido, los voluntarios previenen a los estudiantes de los riesgos que conlleva el consumo de drogas, a la vez que les informan sobre temas relacionados con la sexualidad. De esta manera, según explica una de las coordinadoras del proyecto, Raquel Allepús, las consultas se realizan «en un clima de total confianza, ya que los alumnos se abren más ante sus propios compañeros».

La misma opinión tiene Rocío, quien asegura que el éxito de este programa se debe a la «complicidad que se crea entre los voluntarios y los estudiantes». «Acuden a nosotros porque no se atreven a hablar sobre estos temas con un profesional», explica la alumna de Enfermería.

Las preguntas más frecuentes que suelen hacer los universitarios, según informa la coordinadora, están relacionadas con «los efectos específicos o cruzados –conocidos como mezclas– del consumo de alcohol, cocaína, cannabis y drogas sintéticas, y también con los aspectos legales de la posesión de drogas». Respecto al sexo, la información más demandada gira en torno a «dónde encontrar la píldora del día después o dónde hacerse la prueba del VIH», subraya Allepús.

En Plenas Facultades cuenta con una oficina de información en cada una de las universidades. Además, los voluntarios se mueven por todo el campus y exponen folletos en puntos itinerantes.

Para poder orientar a los estudiantes, los universitarios que quieran trabajar en el proyecto tienen que pasar por un curso de formación impartido por expertos en temas sexuales y de drogadicción. Según la fundación, 330 personas –la mayoría alumnos de facultades de Ciencias de la Salud–, han pasado por estas clases de preparación y la mitad de ellos trabajan, actualmente, como voluntarios.

La función de éstos es «educar para la salud». Así lo expresa Rocío, quien afirma que lo más importante es la educación porque «no sirve de nada curar a las personas si, por desconocimiento, vuelven a cometer los mismos errores».

No obstante, algunos universitarios se muestran reticentes a la hora de hacer ciertas preguntas porque «todavía existen algunas palabras que son tabú», afirma Silvia Roca, voluntaria y estudiante de segundo de Terapia Ocupacional en la Universidad de Vic. Por este motivo, añade, «prefieren realizar sus consultas a través del teléfono o el correo electrónico».

Su compañero de estudios Joan Enric Prim explica que «la mayoría de los jóvenes no solicitan información porque creen que lo saben todo sobre drogas y sexo». Pero, para este voluntario, «cometen un error porque, en muchos casos, sus conocimientos se basan en mitos». En Plenas Facultades tiene su hueco en la Red en la dirección: www.fsyc.org/epf

VIDA DEL PROYECTO


La Universidad Autónoma de Barcelona fue la primera institución de enseñanza superior española que acogió el programa En Plenas Facultades en su campus. Progresivamente, otras seis universidades nacionales se han ido sumando a esta iniciativa, que comenzó a funcionar en 1999, cuando la UE financió el programa piloto anglosajón Away from home. Gran Bretaña, Grecia, Irlanda y España trabajan en este proyecto.