Dos estudios dirigidos por científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) y realizados por la Red Nacional de Trastornos Adictivos han permiten determinar el grado de adicción que tiene cada persona que consume cocaína. Los investigadores han demostrado la existencia de biomarcadores plasmáticos que se relacionan con tomar cocaína, consumo que en muchos casos puede provocar un trastorno mental o agudizarlo.

La consejera de Salud, María José Sánchez Rubio, ha presentado hoy en el Hospital Carlos Haya los resultados de este trabajo y ha destacado la importancia de sus conclusiones de cara a mejorar en el futuro el diagnóstico y tratamiento de pacientes que son adictos a esta sustancia y, a su vez, presentan alguna patología psiquiátrica. La diputada provincial Emiliani Jiménez, responsable del Centro Provincial de Drogodependencias, ha destacado la colaboración institucional que ha primado en este estudio.

Uno de los principales retos en los estudios de la adicción es la identificación de pruebas biológicas objetivas -biomarcadores- que ayuden a investigadores y a médicos a clasificar a los pacientes adictos, ya que, actualmente, el diagnóstico de la adicción se realiza por criterios de comportamiento que incluyen, entre otros, el consumo excesivo no controlado, el deseo persistente de consumir, el desarrollo de tolerancia y dependencia, y la repercusión sobre las actividades cotidianas.

Así, el grupo de investigación del IBIMA dirigido por Fernando Rodríguez de Fonseca y Javier Pavón, en asociación con el Centro Provincial de Drogodependencias, investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), y científicos de la Universidad de Valencia y del Centro de Investigación Príncipe Felipe -pertenecientes todos ellos a la Red de Trastornos Adictivos del Instituto de Salud Carlos II- ha abordado este reto en pacientes adictos a cocaína.

El estudio se ha llevado a cabo en una muestra de 250 individuos (150 pacientes adictos a la cocaína, en tratamiento en los centros dependientes del Centro Provincial de Drogodependencias de Málaga, y 100 voluntarios sanos) que han sido sometidos a un estudio sobre sus características de consumo y presencia de patología psiquiátrica. Los resultados, publicados en la prestigiosa revista ‘Addiction Biology’, demuestran la existencia de marcadores objetivos de adicción, como las aciletanolamidas y quimioquinas, que pueden utilizarse como indicadores de historial de consumo, severidad de la adicción, o la presencia de patologías psiquiátricas.

El investigador principal, Rodríguez de Fonseca, ha dicho que las adicciones no son fáciles de tratar, con una prevalencia del 3,8 por ciento de la población. Este experto ha señalado que el consumo de cocaína puede desencadenar un trastorno psiquiátrico o que las personas que ya tienen alguna patología mental sufran una agudización por culpa de su adicción a esa sustancia estupefaciente. El estudio permite saber qué personas han sido consumidoras habituales de cocaína y cuál es su grado de adicción a la misma.