Daniel S. acaba de regresar de un resort internacional, donde él y algunos compañeros de graduación ­muchachos y muchachas­, pasaron una semana ebrios. Fueron ocho días con bar abierto, es decir, luz verde para tomar el alcohol a la hora que quisieran.

Justo en esta fecha, numerosos grupos de alumnos, con edades comprendidas entre 16 y 17 años, celebran la culminación del bachillerato en destinos turísticos como Cancún, Punta Cana o Margarita. En años anteriores, bachilleres recién graduados han asumido en esos viajes conductas desenfrenadas bajo los efectos del alcohol, que han hecho que se les expulse de los complejos hoteleros.

Especialistas alertan que el consumo de alcohol se inicia en primaria.

A alumnos de sexto grado no les avergüenza admitir que no van a «reu» (reuniones) donde no haya bebidas alcohólicas. Precisamente, hay fiestas de graduación de sexto grado en las que no faltan la cuba libre, la ginebra con jugo de naranja, las bebidas supuestamente bajas en alcohol y la cerveza.

La modalidad se ha venido acentuando año tras año en todos los estratos sociales, en escuelas públicas y colegios privados, hasta el punto de que padres y representantes, maestros, profesores e inclusive directores de planteles se muestran preocupados, porque han decomisado botellas de licor que los chicos intentan pasar escondidas en los morrales junto a los libros. «Lo que constatamos en las encuestas que se han hecho es que se ha incrementado el abuso en el consumo de alcohol», señala Guillermo Veitía, jefe del Servicio de Gastroenterología y director del Posgrado de Gastroenterología del Hospital Vargas y de la Universidad Central de Venezuela y miembro de la junta directiva de la Sociedad Venezolana de Gastroenterología.

Veitía, coordinador e impulsor del Programa Menos Alcohol, Más Vida creado precisamente para hacerle frente al alcoholismo en niños y jóvenes, apela a una encuesta que realizó la Cátedra Antidrogas del Instituto Pedagógico de Caracas en 2008, con una muestra de 300 jóvenes del sexo femenino de 15 a 21 años de edad, mediante la cual se estableció que 82% consume alcohol, 62% se emborracha y un alto porcentaje tuvo relaciones sexuales por primera vez en estado de embriaguez.

Problema en ascenso.

Veitía advierte que el abuso en el consumo de alcohol se ha incrementado paulatinamente en el país, y sí no se toman medidas «en los próximos 20 años un gran porcentaje de la población será alcohólica».

Afirma que 50% de los pacientes que acuden a consultas por problemas en el hígado tienen cirrosis hepática, la mitad de ellos a causa del alcohol.

La enfermedad se presenta en pacientes cada vez más jóvenes (entre la segunda y tercera década de vida). El producto también es causante en Venezuela de embarazo precoz en adolescentes y muertes violentas.

Agrega que la acción nociva del licor se potencia cuando el consumo se mezcla con drogas. Según la Oficina Nacional Antidrogas, 30% de las muertes por accidentes de tránsito tienen relación con alcohol.