El País Vasco está en plena ebullición de fiestas veraniegas. Ferias, verbenas y conciertos se suceden por toda la geografía con un invitado común: el alcohol. Y es en estos escenarios donde muchos adolescentes tienen sus primeros escarceos amorosos… y alcohólicos. Además, en la mayoría de los casos el consumo de bebidas no se queda en un flirteo esporádico. Este fenómeno es especialmente grave en Euskadi, ya que según los últimos estudios, los vascos son los jóvenes que antes empiezan a beber. Además, la comunidad autónoma no solo encabeza el ranking de precocidad: también ostenta el primer puesto en cuanto a consumo de alcohol.

El último estudio del Observatorio Nacional sobre Drogas constata una realidad preocupante. El 85,1% de los estudiantes de Secundaria de entre 14 y 18 años reconoce haber bebido alguna vez en su vida, mientras que el 81,2% lo ha hecho en el último año. Destaca especialmente el 70,8% que no tiene reparos en admitir que ha ingerido alcohol en el último mes, un porcentaje que Euskadi supera ampliamente, ya que se encuentra en primer puesto, casi 13 puntos por encima de la media nacional.

La edad de inicio en esta droga social también es especialmente alarmante. Mientras que el promedio del país es de 16,7 años, los vascos se toman las primeras consumiciones a los 15,2, un dato que se mantiene estable desde el año 2000, según el informe Euskadi y drogas 2008 elaborado por el departamento vasco de Asuntos Sociales.
Precisamente, esta semana la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya, alertó de la cada vez más temprana inmersión en esta dinámica, que algunos informes sitúan ya en los 13,8 años.

Tampoco son alentadores los datos de consumo respecto a la población general. El 95,1% de los vascos de entre 15 y 64 años reconoce haber probado el alcohol alguna vez en su vida, el 82,3% admite haberlo hecho en el último año y el 67,1% en el último mes, Y casi un 15% tiene la costumbre de beber a diario. La media nacional se sitúa en todos lo casos por debajo de estas cifras.

Percepción del riesgo

Los expertos también advierten de que las pautas de consumo están cambiando. Se ha pasado del «modelo mediterráneo», que se caracteriza por beber durante las comidas, al «modelo anglosajón», en el que la ingesta se produce de forma intensa en cortos periodos de tiempo, como el fin de semana. Y es ésta una tendencia bien clara: entre los estudiantes de 14 a 18 años, ha descendido el consumo en el último año del 82,7 de 1994 al 74,9% de 2006, y en el último mes de 75,1 al 58%, pero las borracheras prácticamente doblaron su incidencia.

El consumo regular ha sido sustituido por la ingestión compulsiva. En Euskadi, el porcentaje de bebedores de riesgo en fin de semana es del 16,3% en 2008, la segunda tasa más elevada desde 1992 -sólo superada por el 17,4 de 2004-. El principal riesgo de esta nueva conducta reside en que puede provocar tolerancia al etanol y desencadenar daños irreversibles en el cerebro.

El consumo en España ha bajado ligeramente en los últimos años. De los 99,8 litros por persona ingeridos en 1996 se ha pasado a los 93,8 de 2004. Sin embargo, las conductas peligrosas, como las borracheras, se han afianzado: el 58,3% de los vascos de entre 15 y 24 años manifiesta comportamientos de riesgo los fines de semana. Además, los expertos advierten ante la escasa percepción que tiene la juventud de que este consumo pueda ser perjudicial para su salud.

Cerveza y sidra

Sólo el 64,8% de los vascos consideran esta conducta muy o bastante grave, más que en 2004 ó 2006, pero muy por debajo del 76,9% que lo definía de esta forma en 1998. La conclusión es clara: las drogas legales aún gozan de cierta clemencia social por parte de un importante sector de la población. Buena muestra de ello es que la cerveza, el vino, la sidra o los licores son bebidas perfectamente integradas en la sociedad y habituales en cualquier reunión.

Así, cerveza y sidra encabezan las preferencias diarias de hombres y mujeres, seguidos del vino y el champán. Sin embargo, los fines de semana se dispara el consumo de los combinados o los licores de fruta, cuya ingesta es más peligrosa que las bebidas tradicionales, ya que potencian la intoxicación.

Pero el aspecto más peligroso del alcohol es, sin duda, cuando va asociado a la conducción. Se calcula que la ingesta abusiva de bebidas alcohólicas está detrás de entre el 30 y el 50% de los accidentes mortales y de un tercio del total de los siniestros ocurridos en las carreteras. Todos los años fallecen en España 1.500 personas en accidentes provocados por este motivo y casi un millar de ellos son jóvenes. Teniendo en cuenta que el 43% de los casos sucede en fin de semana o en días festivos, la ecuación cuadra: alcohol, fiestas y conducción forman una combinación mortal.

Aumentan los «positivos»

En el País Vasco, los accidentes con fallecidos se redujeron en el último año del 86 al 70, un 9% menos (59% si se toma como referencia 2003); pero este buen dato esconde una realidad preocupante, ya que el número de positivos por alcoholemia tras un siniestro ha crecido en 2008.
El objetivo a largo plazo que se ha marcado la Dirección de Drogodependencias del Gobierno Vasco es erradicar el consumo en menores de edad de cualquier droga, sea ésta legal o ilegal. Las campañas están abiertas en todos los frentes.
Evitar la venta a los adolescentes, proponer actividades de ocio alternativas, informar durante las fiestas municipales a los jóvenes de los peligros que entraña este hábito o lanzar programas en universidades y autoescuelas son algunas de las iniciativas.
Como meta a más corto plazo, las autoridades aspiran a retrasar la edad de inicio en el consumo. Hasta el momento, el mensaje parece no haber calado.