Un estudio realizado por un equipo de investigadores del Centro de Excelencia de Investigación en Salud y Ciencias de la Vida de la Universidad Europea ha puesto de manifiesto que los factores genéticos tienen un impacto clínicamente relevante sobre la eficacia del tratamiento para dejar de fumar.

Esta relación, afirma el trabajo, ayudaría a explicar por qué no todo el mundo reacciona igual ante las principales terapias sustitutivas (con nicotina o con bupropión) para abandonar el hábito tabáquico.

El estudio, liderado por Félix Gómez con la colaboración de la Unidad de Neumología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, ha sido publicado en la revista ‘Pharmacopsychiatry’.

Según sus resultados, la diferente reacción de la persona ante el tratamiento se debería a la genética. «Tras el análisis de las variaciones genéticas, se ha encontrado que en individuos que presentan una variación genética asociada a un metabolismo lento, la terapia sustitutiva con nicotina sería mucho más efectiva que el tratamiento con bupropión», afirma Gómez.

En cuanto al bupropión, prosigue, «solo aquellas variaciones genéticas asociadas con un metabolismo de normal a rápido, se podrían beneficiar de este tratamiento».

El consumo de tabaco, apunta el trabajo, está asociado a variaciones genéticas tanto en genes implicados en el metabolismo de la nicotina, como en genes relacionados con el sistema serotoninérgico. Esto se debe a las alteraciones en la actividad de la serotonina (como es el caso de la ansiedad) que son muy típicas tras abandonar la nicotina.

El tabaquismo es la primera causa de muerte evitable en España, según datos de la Encuesta Nacional de Salud del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. De hecho, se calcula que cada año mueren unas 60.000 personas por esta adicción, aunque unas 1.500 son fumadoras pasivas.