Extremadura envejece cada vez a un ritmo más acelerado. La Encuesta de Defunciones según la Causa de Muerte recientemente publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja que en el último año se han producido en la región un total de 11.347 fallecimientos, lo que supone un 7,5% más (799) que en el ejercicio anterior. Con una tasa bruta de mortalidad de 1.029,7 defunciones por cada 100.000 habitantes, Extremadura se sitúa como la tercera comunidad en la que más muertes se producen, solo superada por Asturias, Castilla y León y Galicia, lo que indudablemente se debe a la elevada edad de su población. Las principales causas de muerte en la región son las enfermedades cerebrovasculares y el cáncer, que matan cada año a 6.700 personas. Un 40% de los fallecimientos se deben a enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco.

La mayor parte de los 11.347 decesos que se han producido en la región en el último año (3.500) se deben a enfermedades del aparato circulatorio. Dentro de estas, la primera causa de muerte han sido las patologías cerebrovasculares (trombosis, infarto cerebral, embolia o hemorragia cerebral). El infarto agudo de miocardio y las enfermedades relacionadas con la hipertensión también son de las que causan mayor número de fallecimientos, aunque en el último ejercicio entre ellas se ha colado el cáncer de pulmón como segunda causa de muerte para los extremeños. Todas estas dolencias, que son culpables del 40% de las defunciones, están relacionadas con el consumo de tabaco, la vida sedentaria o la mala alimentación, según explica Javier Fernández Portales, presidente de la Sociedad Extremeña de Cardiología y médico especialista en el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres.

El cardiólogo señala que «no es ninguna anormalidad» que en Extremadura la mayor parte de los fallecimientos estén relacionados con accidentes cerebrovasculares. «Es nuestra epidemia. Las complicaciones relacionadas con trombos o coágulos en las arterias son en en Occidente lo que la malnutrición, el sida o las enfermedades infecciosas en el tercer mundo», apunta.

Las patologías cerebrovasculares afectan sobre todo a las personas mayores, aunque la genética y otros factores como la obesidad, una alimentación inadecuada o el consumo de tabaco pueden influir en su desarrollo. A pesar de que siguen siendo la principal causa de muerte, Fernández Portales indica que la tendencia cambiará y estas dolencias serán sustituidas por otras enfermedades neurodegenerativas como la demencia o el alzheimer, sobre todo por el avance farmacéutico en el campo citado anteriormente y porque el consumo de tabaco, más elevado en Extremadura respecto a otras autonomías, está disminuyendo como consecuencia de una legislación más restrictiva.

EL CANCER Después de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, que va en aumento, es la segunda patología que más fallecimientos provoca en la región. En el último año han sido 3.197, un 7,5% más que el año anterior, lo que supone ya casi un tercio del total. Los datos del INE reflejan que el tumor que más defunciones provoca es el de tráquea, bronquios y pulmón. En el último año han sido 656 los extremeños (590 eran hombres) que han perdido la vida por esta causa, un 5% más. Los fallecimientos por cáncer de colon, recto y ano, estómago, páncreas, próstata y mama también son numerosos en Extremadura.

Lourdes Márquez, neumóloga y presidenta de la Sociedad Extremeña para el Abordaje del Tabaquismo, explica que la incidencia de los tumores de pulmón irá en aumento en los próximos años hasta convertirse en la primera causa de muerte, especialmente para mujeres. «Esto no significa que todos los fumadores vayan a desarrollar un cáncer de pulmón, pero es cierto que estos tienen cinco veces más posibilidades de padecerlo», dice. La experta recuerda que en general, el 90% de los casos de los tumores del aparato respiratorio están relacionados con el consumo de tabaco y aunque este haya disminuido en los últimos tiempos, la prevalencia de la enfermedad va en aumento porque tarda en manifestarse.

Así, los casos de cáncer que se diagnostican en la actualidad, en general, los estarían sufriendo personas que empezaron a fumar hace al menos 15 años. Lo mismo ocurre en el caso contrario. «Aunque toda la población dejara de fumar hoy, tardaríamos años en notar que la incidencia se reduce», apunta Márquez, que asegura que la mortalidad entre los pacientes que sufren cáncer de pulmón es alta porque se trata de una enfermedad con diagnóstico complicado. En la mayoría de los casos, cuando los síntomas aparecen ya está muy avanzada y no es posible aplicar tratamiento curativo.