La asociación entre el tabaco y el desempleo se da en dos direcciones: los fumadores tienen más tasa de paro y los parados fuman más. Un estudio demuestra que las personas sin trabajo tienen un riesgo tres veces mayor de fumar que los que tienen una vida laboral activa.

Fumar es una de las mayores causas de enfermedad crónica en el mundo y es responsable de más de 2,4 millones de muertes al año en los países industrializados. Pero, además, el tabaco se ha asociado con muchos otros problemas. Uno de ellos es el paro.

En el mundo científico existe un debate abierto sobre cómo puede el tabaco afectar al desempleo. Algunas hipótesis apuntan a factores psicosociales: fumar se relaciona con el estrés, el bajo control emocional y el aislamiento social, algo que afecta sobre todo a los individuos que no trabajan y que están muy expuestos a fuentes de estrés económico y social.

4.000 encuestados

Para aclarar esta duda en Italia, los doctores De Voglio y Santienllo han realizado una encuesta a 4.002 individuos. Se les preguntó por aspectos relacionados con su empleo, consumo de tabaco y cuestiones psicosociales como el estrés o el soporte social.

La edad media de los entrevistados fue de 45,7 años, un 22% de ellos eran fumadores y el consumo de tabaco fue mayor en los hombres que en las mujeres. La tasa de desempleo fue del 3,7%.

Los resultados del estudio, publicados en la revista «Tobacco Control«, demuestran que los individuos desempleados tienen un riesgo tres veces mayor de fumar que los que trabajan, incluso después de ajustar por factores demográficos como el sexo o la edad.

Aspectos psicosociales

Cuando se incluyeron en el análisis factores psicosociales la relación entre tabaco y desempleo se hace más débil, lo que significa que el tabaco y estos factores están relacionados entre sí. En concreto, las dificultades para controlar las cosas importantes de la vida o el aislamiento social fueron los aspectos psicosociales más asociados con el tabaco y el desempleo.

«Para promocionar comportamientos saludables y mejoras psicosociales en la población general es esencial mejorar las oportunidades de empleo y hacer políticas que ayuden a encontrar trabajo», comentan los autores del estudio. «Un individuo menos estresado por el problema del empleo tiene más posibilidades de dejar de fumar», añaden.