Muchos estudios han mostrado que el consumo moderado de alcohol puede ejercer efectos beneficiosos sobre el corazón. En el último número de «Annals of Internal Medicine» se publican dos nuevos trabajos –uno de ellos español- que han profundizado en esta cuestión, indicando que los efectos nocivos de un consumo excesivo tal vez no son tan significativos como se pensaba.

Por un lado, investigadores del estudio de Framingham concluyen que el consumo excesivo no está asociado a un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca y que incluso a dosis elevadas ejerce un efecto cardioprotector. A pesar de ello, los autores subrayan que la bebida, en exceso, constituye un riesgo para la salud del hígado, por lo que los resultados de este estudio no deben entenderse como favorables al consumo excesivo de alcohol.

Los datos de la investigación, con 6.300 participantes, muestran que aquellas personas que beben alcohol regularmente presentan menor riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca respecto a aquellos que beben una o menos copas por semana.

El segundo estudio viene firmado por el Dr. Josep Maria Nicolás, de la Universidad de Barcelona, y está centrado en la miocardiopatía, enfermedad que a menudo se ha relacionado con el consumo excesivo de alcohol.

Se estudió a 55 varones diagnosticados de miocardiopatía alcohólica, con objeto de comprobar si reducir el consumo a niveles moderados contribuía a mejorar la función cardíaca. Tras cuatro años de seguimiento, se comprobó que los pacientes que mantenían un consumo de entre una y cuatro copas al día mostraban una mejoría de la función cardíaca similar a la de las personas abstemias. Sin embargo, los pacientes que consumieron más de la citada cantidad tendieron a empeorar y 10 de estos participantes fallecieron durante el estudio.

Evidentemente, son resultados que cabe acoger con cautela, pues aunque los beneficios del alcohol sobre la salud cardíaca parecen cada vez más demostrados, el mensaje principal debe seguir centrándose en el consumo moderado y responsable.