Investigadores norteamericanos del Instituto de Virología Humana de la Universidad de Maryland y del Laboratorio de Biocencias Avanzadas de Kensington están desarrollando una vacuna que, por vez primera, permite obtener anticuerpos que bloquean la acción de las múltiples cepas del virus del sida. La vacuna, que se encuentra aún en sus primeras fases de desarrollo, ha sido probada en simios y podría serlo en humanos dentro de dos años.
Robert Gallo, uno de los descubridores del sida y director del Instituto de Virología Humana, asegura que “éste es uno de los hallazgos más sugerentes” que él ha presenciado en la investigación del virus VIH.
El VIH posee múltiples cepas, lo que hace que presente diferentes caras al sistema inmunológico del organismo. La superficie del virus se encuentra recubierta por moléculas, llamadas gp120, que permiten a cada una de sus cepas fijarse a otra molécula, ubicada en la superficie de las células humanas y llamada CD4, con lo que comienza el proceso de “invasión”. El conocimiento de estos procesos ha permitido a los científicos crear complejos artificiales gp120-CD4 y usarlos para desarrollar anticuerpos en animales de experimento, entre ellos monos.
«El complejo gp120-CD4 ha demostrado una capacidad recurrente de generar anticuerpos que neutralizan un amplio rango de cepas del virus VIH aisladas», explicó Anthony Devico, uno de los científicos que dirige las investigaciones. En su opinión, el complejo que han desarrollado “podría servir como un modelo válido para el desarrollo de una vacuna contra el virus del sida”.
Gallo reconoce que los investigadores de esta enfermedad se han encontrado, durante casi dos décadas, con el grave problema creado por la multitud de cepas existentes del virus y la incapacidad del sistema inmunológico para atacar a cada una de las mutaciones que éste provoca en su fusión con las células sanas. “Pero esta nueva aproximación tiene la capacidad de llevarnos un paso más allá” en la búsqueda de una solución a este problema infeccioso, aseguró.