Las 35 plazas para alcohólicos que Proyecto Hombre puso en marcha en Gijón el año pasado se han quedado cortas. Tanto, que la fundación inaugurará «en un mes» un nuevo centro de acogida con capacidad para dar apoyo a 200 personas con problemas con la bebida. El proyecto incluye un albergue para 20 internos y el traslado de las oficinas a la plaza del Humedal.

«En marzo del año pasado, creímos que con las 35 plazas del programa de alcohol teníamos de sobra, pero pocos meses después, nos vimos desbordados y tuvimos que crear una lista de espera. Afortunadamente, con el nuevo centro se van a acabar los numerus clausus». Luis Manuel Flórez, coordinador de Proyecto Hombre, explicó con estas palabras los motivos de la creación del nuevo centro asistencial para personas con problemas de alcoholismo, situado en la sede gijonesa de la fundación, en la calle de El Comercio.

En un mes, estará preparado para atender a cerca de 200 personas de toda la región, en un proyecto que reserva 20 plazas para un albergue. «La mayoría de los alcohólicos tienen problemas de alojamiento, bien porque han roto con su familia o porque existen dificultades económicas para acceder a una vivienda».

Hasta ahora, Proyecto Hombre buscaba una solución para estas situaciones de emergencia pidiendo ayuda a otras instituciones, como la Cocina Económica, Cáritas o el Albergue Covadonga. Antes de que finalice el año, los adictos tendrán un hogar en el mismo lugar en que se rehabilitan.

El nuevo servicio asistencial nace como un peldaño más en el tratamiento. Servirá para motivar a los alcohólicos sobre la necesidad de que dejen la bebida y para reforzar su autoestima, que «suele estar por los suelos». De ahí, pasarán a un programa ambulatorio o a la comunidad terapéutica de Miranda (en Avilés), donde se atienden -en régimen de internado- los casos más graves.

Cuando la persona supera los problemas que le arrastraron a «engancharse» al alcohol, comienza el último paso: el proceso de reinserción familiar, laboral y social, que va acompañado de un período de seguimiento para evitar recaídas y reforzar lo aprendido.

Hasta ahora, no existía un «colchón» entre la desintoxicación propiamente dicha -que dura pocos días y suele desarrollarse en los hospitales- y la rehabilitación integral de la persona. Los adictos, pasaban a engrosar una lista de espera hasta su ingreso en Avilés. Entretanto, asistían a reuniones de grupo.

En un mes, estarán atendidos en Gijón por un equipo médico (que también asesorará a las familias) y por dos educadores, que se encargarán de cubrir los tiempos no terapéuticos y, en especial, de la asistencia por las noches.

Nuevas oficinas

La puesta en marcha del nuevo centro requiere un espacio que obliga a trasladar las oficinas de la fundación, que estarán centralizadas en la plaza del Humedal, justo en el lugar que antes ocupaban los espacios administrativos de la siderúrgica Uninsa (hoy Arcelor). Las nuevas oficinas estarán compartidas con la ONG Siloé y ocuparán una superficie de unos 300 metros cuadrados. Allí se realizarán exclusivamente trámites burocráticos y se reservará un espacio para la asociación de familias con alguno de sus miembros en Proyecto Hombre que, además de los problemas con el alcohol, atiende a adictos a otras drogas, como la heroína, la cocaína y las «pastillas».