El caso de un asmático detenido y procesado por cultivar marihuana para tratar su enfermedad ha generado un debate en Argentina sobre la utilización de esa droga con fines médicos y la despenalización de la tenencia para consumo.

Pablo Fernández Cobo, de 37 años, está en prisión desde febrero pasado y espera la realización de un juicio oral por «siembra y cultivo de estupefacientes», un delito que las leyes argentinas castigan con entre cuatro y quince años de cárcel.

«La defensa se basará en mi propia experiencia positiva de tratamiento con resina de cannabis (cáñamo) vaporizada contra el asma crónico que padezco», declaró a EFE el acusado, que desde su adolescencia se dedica a los cultivos hortícolas orgánicos.

En febrero los medios de comunicación dieron amplia difusión al hallazgo de 320 plantas y 8.300 semillas de marihuana en una casa de campo que Fernández Cobo rentaba a las afueras de Santa Rosa, la capital de la provincia de la Pampa, en el centro del país.

«La versión policial-periodística no me consta y en la pericia judicial sólo se habla de 18 muestras, de las cuales cuatro son plantas macho (que no contienen los principios activos del cáñamo), con un total de 495,5 gramos de peso», indicó el cultivador.

Desde el penal pampeano en el que se encuentra detenido, Fernández Cobo lanzó una campaña en busca de apoyo para su caso y con el objetivo de que la tenencia de marihuana para consumo personal deje de ser delito en Argentina.

También se ha pronunciado a favor de esta posibilidad una amplia corriente compuesta por jueces, fiscales, abogados, dirigentes políticos y economistas que fueron consultados por la revista «TXT».
Si bien prefiere «no entrar en ese debate», en junio último la diputada Irma Parentella presentó un proyecto de ley que, según dijo, «plantea la posibilidad de que los médicos prescriban derivados de la marihuana en casos de cáncer y sida».
La legisladora aseguró a EFE que con la iniciativa, que aún no fue debatida por el Parlamento, pretende «dejar de lado los prejuicios y dar paso a la investigación científica» sobre la utilización del cáñamo «para aliviar determinados síntomas».

«Además de evitar náuseas a los enfermos de cáncer en tratamiento de quimioterapia y de mejorar el apetito de personas HIV positivo, algunas publicaciones e investigaciones plantean que la marihuana es beneficiosa en casos de esclerosis múltiple y epilepsia», enumeró.
Pero propuestas como las de Parentella y Fernández Cobo cuentan con el rechazo de varios jueces e instituciones que argumentan que el consumidor de drogas debe ser considerado como el primer eslabón del narcotráfico y defienden la legislación vigente en el país.
Además de castigar con una pena de un mes a dos años de prisión la tenencia de estupefacientes, la ley 23.737, sancionada en 1989, impone a los adictos la realización de un «tratamiento de desintoxicación y rehabilitación por el tiempo necesario».

De acuerdo con un estudio privado divulgado esta semana y que se realizó en diez países de Sudamérica en base a datos oficiales correspondientes a 2001, Argentina es el país de la región con mayor cantidad de detenidos por tráfico y posesión de drogas.

Otro informe difundido recientemente da cuenta de que el consumo de estupefacientes, principalmente cocaína y marihuana, entre los trabajadores de Buenos Aires y su populoso cinturón urbano aumentó más de cuatro veces en los últimos 16 años.

«Tener una plantita en tu casa no va contra la Constitución», opinó en una entrevista concedida a la edición local de la revista «Rolling Stone» el jurista Eugenio Zaffaroni, a quien el Gobierno ha propuesto para cubrir una vacante en la Corte Suprema de Justicia.

Zaffaroni citó el artículo 19 de la Constitución argentina, que determina que «las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los magistrados».

«No sólo creo que se debe despenalizar el consumo personal de marihuana sino que también se debe educar sobre su uso responsable», aseguró Fernández Cobo, para luego señalar que su salud «empeoró» desde que abandonó el «tratamiento natural contra el asma».

El detenido dijo que se basó «en infinidad de publicaciones de expertos de varios países sobre los efectos del cannabis como limpiador de las vías aéreas, broncodilatador y expectorante».