Como ha pasado con parte del Estado en los últimos 30 años, el narcotráfico se apoderó de la protesta social y tomó el control de ésta hasta disolverla. El primer error fue querer ocultarlo y desconocer su poder, negando la existencia del problema o simplemente no prestándole la atención que se merecía, pues ni en el pliego de peticiones de emergencia del Comité Nacional del Paro y tampoco en las reivindicaciones de los marchantes, tenían análisis o demandas específicas sobre la política de drogas prohibicionista que vive Colombia.

La política de drogas no aparece como un tema central de debate, pese a que en el paro de noviembre del año 2019, la coalición de Acciones Para El Cambio Hacia una Política de Drogas más Efectiva, había entregado al Comité Nacional de Paro un documento titulado “Cumplimiento al punto 4 del acuerdo de paz. Solución al problema de las drogas ilícitas” como un insumo para que el tema de drogas fuera incluido en las reivindicaciones del paro. El primer error fue negar la dimensión del problema.

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