La tradicional «flor de los muertos» de México, cempasúchil, dará vida a los adictos a la nicotina mediante una terapia creada por científicos nacionales con base en un curativo aroma a tabaco dulce.
El proyecto es llevado a cabo por el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) con la intención de beneficiar a las personas adictas a la nicotina.

El líder del proyecto, Sergio Sánchez, explicó que el proceso tarda cuatro meses ya que las flores se «curan» durante tres meses y se requiere un mes más en el laboratorio para implantarle la bacteria que produce el aroma a tabaco dulce en el cempasúchil (Tagetes erecta), también conocido como cempoal o clavel chino.

La aromaterapia consiste en utilizar extractos de esencias que estimulen el sistema nervioso central y susciten tranquilidad en el individuo sometido a tratamiento.

En el caso del aroma a tabaco, mediante el procedimiento en marcha será posible crear esencias aromáticas o perfumes que sean aspirados para evitar el hábito de fumar y en consencuencia los daños de la nicotina.

«La industria de aromas y sabores representa el 25 por ciento del mercado total de aditivos de la industria alimentaria», destaca Sánchez, químico de la UNAM.

Los aditivos que proporcionan aroma son compuestos químicos muy utilizados en la fabricación de perfumes, cosméticos, productos de limpieza y alimentos, añadió.

El 85 por ciento de los aromas provienen de síntesis químicas. Por ejemplo, el acetato de 3-metil butilo tiene olor a plátano, el acetato de 2-feniletilo a rosa o el octanato de etilo a pera.

La ventaja de obtenerlos de manera directa de las plantas, explicó Sánchez, es que «se pueden etiquetar como productos naturales y a menor costo».

En el caso del aroma a tabaco, el proceso requiere de al menos tres meses. «A partir de lodo residual de una procesadora de flor de cempasuchil, aislamos una colonia de microbios la cual puede crecer en luteína y producir un aroma a tabaco», indicó.

«La colonia se encuentra formada por dos microorganismos, una levadura y una bacteria. Ambas participan en el proceso de conversión de la luteína a la sustancia aromática», dijo el investigador.

La luteína es el compuesto que da el característico color amarillo intenso del cempasúchil, la cual es ampliamente utilizada para adornar los tradicionales altares luctuosos que son colocados en hogares mexicanos en el «día de muertos» entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre.

«Una de las ventajas de esta sustancia es que funciona como destoxificante natural» pues previente males como el cáncer, dijo Sánchez.

El investigador detalló que la luteína requiere un proceso de purificación ya que «contiene hormonas vegetales precursoras de hormonas femeninas o masculinas, las cuales pueden causar trastornos en los humanos».

Otra de las fuentes para producir aromas, además de los microorganismos, son las células de plantas y las enzimas, dijo el científico.

Consultado en torno al uso de microorganismos, Sánchez señaló que «existen grandes variedades y son de crecimiento rápido».