Según los resultados de un estudio publicado en «Medicina Clínica», la impresión optimista derivada del probable cambio de tendencia en la mortalidad atribuible al tabaquismo no debe ocultar que el descenso observado es muy moderado y que la carga de mortalidad debido al consumo de tabaco en España sigue siendo muy elevada.

La última estimación publicada cifraba en 55.613 las muertes atribuibles al tabaquismo en España en 1998, mientras que en 1978 la cifra era de 37.259. No obstante, en los últimos años, las muertes por algunas de las principales enfermedades relacionadas con el tabaquismo, a excepción del cáncer de pulmón, han comenzado a descender en la población adulta española.

En el estudio de «Medicina Clínica» se estima la mortalidad atribuible al tabaquismo en la población adulta de España en la actualidad y se compara la evolución en los últimos 20 años. Los datos obtenidos revelan que unas 54.200 muertes son atribuibles al consumo de tabaco en la población de 35 y más años, es decir, una de cada 6 muertes (una de cada 4 en varones y una de cada 34 en mujeres).

El cambio en la hasta ahora tendencia creciente se aprecia en el año 2001. Varias razones pueden haber influido en la modificación de la mortalidad atribuible al consumo de tabaco. En primer lugar, la disminución observada obedece a la reducción de la mortalidad debida al tabaco en los varones, relacionada con la reducción de la prevalencia del tabaquismo. En segundo lugar, la reducción debe de estar influida, en medida apreciable, por la evolución del número de muertes ocurridas en la población española en los últimos años. En efecto, salvo para le enfermedad cerebrovascular y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el número de muertes debidas a las otras enfermedades cardiovasculares y tumores asociados al tabaquismo en individuos de 35 o más años estuvo aumentando en España en los años noventa. Pero desde el año 2000 también han disminuido las muertes por cardiopatía isquémica.

Así pues, por primera vez se aprecia en nuestro país una disminución del número de muertes atribuibles al tabaco, aunque el número de muertes evitables sigue siendo elevadísimo, a juicio de los autores.