El consumo de drogas ha presentado una clara tendencia al alza en los últimos años y Bilbao no es una excepción. De los 30.000 jóvenes de entre 18 y 27 años que se calcula salen de fiesta los fines de semana en la capital vizcaína -en la actualidad hay contabilizados unos 42.500 en esa franja de edad-, unos 11.000 toman algún tipo de sustancia ilegal, lo que representa un 36% del total. La mayoría de los consumos se produce en bares, pubs y discotecas.
Son los datos que se desprenden del último estudio encargado por el área de Salud y Consumo del Ayuntamiento. ¿Su objetivo? Ofrecer un diagnóstico real de los consumos, los riesgos asumidos y la percepción que se tiene de ellos. En la elaboración del informe -que han supervisado el doctor en Sociología Domingo Comas Arnau y el colaborador del Instituto de Drogodependencia de la Universidad de Deusto José Antonio Oleaga Páramo- han participado cerca de cuarenta personas divididas en seis grupos de discusión: expertos, integrantes del sistema de información continua sobre el consumo de drogas entre los jóvenes en el País Vasco, monitores y educadores, organizaciones juveniles, personal de hostelería y representantes de asociaciones de padres y madres, vecinales y sindicatos.
Los resultados no dejan lugar a dudas. El primer contacto con la droga se produce a edades muy tempranas, a los 15 años en el caso de las pastillas, o a los 12 en el del cannabis. Pero los hábitos van cambiando conforme pasa el tiempo. Así, las sustancias más presentes entre los bilbaínos de entre 18 y 27 años son el cannabis y la marihuana -esta última, cultivada a veces por el propio consumidor-; pero también están la cocaína, el speed y, en menos medida, la ketamina. Los hosteleros con negocios de ocio nocturno destacan incluso la existencia de una «narcodieta» que marca tres momentos de consumo: por la tarde, cannabis y marihuana; a la noche, speed y cocaína; y ya por la mañana -«para alargar la fiesta»-, cocaína. La mayoría de los consumidores son varones.
Los distintos grupos de discusión señalan la facilidad con que los jóvenes acceden a la droga, así como la normalización de su consumo. «Los chavales fuman porros con total tranquilidad desde los 14 años», apuntan desde las asociaciones juveniles. «Además, los precios son cada vez más asequibles», coinciden. «Si no pueden permitirse comprar cocaína, cogen speed, que les produce un efecto similar y cuesta 40 euros menos el gramo», reconocen los hosteleros. Los problemas se acentúan, sin embargo, con la mezcla de sustancias. Y es que, el 77% de los jóvenes bebe alcohol.
Con este panorama de fondo, el área de Salud y Consumo puso en marcha el programa ADI! de gestión de riesgos relacionados con la droga en la noche bilbaína, en el que en los últimos dos años han participado un total de 8.786 jóvenes. La formación y la información son los pilares básicos de esta iniciativa, que se enmarca dentro del proyecto Urb-Al, coordinado por la ciudad de Turín y en el que participan países como Argentina, Uruguay o Perú. El coste de esta actuación ronda los 340.000 euros, de los que 180.000 proceden de la Unión Europea.
Efecto «bola de nieve»
La capital vizcaína ha sido la primera en poner en práctica la estrategia de «agente multiplicador o bola de nieve», según reveló el concejal responsable de este departamento, Sabin Anuzita. Este método consiste en crear una cadena informativa basada en el siguiente esquema: 24 jóvenes reciben formación especializada en temas de drogodependencia y la trasladan a otros 326. Éstos son a su vez instruidos como agentes de salud y pasan a compartir la información con otras 2.990 personas. «Se trata de que el eje central sean los jóvenes, ya que son más receptivos cuando el que les aborda es un igual», explicó el director de Salud y Consumo, Javier Orduna.
El programa ADI! ha llevado a cabo también diferentes talleres formativos, en los que han participado 3.900 alumnos de bachillerato, ciclos e iniciación profesional. Además, 1.102 jóvenes han recibido información sobre riesgos en espacios festivos, 303 han acudido a representaciones teatrales con las drogas como telón de fondo, 141 se acercaron hasta los locales de drogodependencias y 100 profesionales de la hostelería han recibido formación en pautas de reducción de riesgos y mejora de las condiciones ambientales de los locales.