El tabaco produce más muertes que el sida, el alcohol, las drogas ilegales y los accidentes de tráfico juntos. Hace tres años se aprobó en España una ley Antitabaco que ni en el conjunto nacional, ni en Extremadura, ha conseguido reducir el problema.

Lo reconocía días atrás en el Parlamento regional la consejera de Sanidad, María Jesús Mejuto. «Es cierto que no se han conseguido grandes mejoras, pero tampoco hemos empeorado», confesaba ante la interpelación del diputado popular Tomás Martín Tamayo.

Y añadía que «a lo mejor hay que establecer una mayor rigurosidad en su aplicación».

Desde diciembre de 2005, en que se aprobó la ley nacional, el número de fumadores aparece estable, en el entorno del 25 por ciento según las encuestas de salud y del comité nacional para la prevención del tabaquismo (26,44 indica la primera y 24,1 el segundo).

El último dato regionalizado, el de la encuesta nacional de salud de 2006, dice que Extremadura quedaba con el 24,97 por ciento de fumadores un punto y medio por debajo de la media nacional.

Ampliar la ley

Martín Tamayo ha puesto «patas arriba» la Asamblea de Extremadura cuando en el pleno de hace dos semanas acusó a la propia Cámara de ser un pésimo ejemplo público al permitir que los diputados, en pasillos y salones, incumplieran alevosamente la prohibición legal de fumar en espacios cerrados.

A su juicio el Gobierno de la Comunidad Autónoma puede hacer algo importante contra el tabaquismo si completa y desarrolla la ley estatal de 2005, que otorga esa responsabilidad a las comunidades.

El Grupo Popular presenta en el pleno de hoy una moción para que en el plazo de seis meses la Junta de Extremadura dicte una norma que amplíe y concrete los efectos de la ley nacional que ha sido considerada demasiado ambigua.

Todo indica que la moción pueda ser aprobada si el PP acepta alguna pequeña modificación que el Grupo Parlamentario Socialista anuncia y que detallará hoy.

Mientras tanto existe la convicción extendida de que hay que avanzar en la legislación general antitabaco dado que las tasas de incidencia no mejoran y además existen algunos indicios de que la situación es incluso peor.

Por ejemplo el último informe del comité nacional para la prevención del tabaquismo señala que aunque se mantiene el porcentaje de españoles que se declaran fumadores, en el entorno del 24 por ciento, se detecta un aumento de cinco puntos en los que lo hacen con mayor intensidad.

La encuesta 2006 de ese organismo indicaba que el 58,6 por ciento de los que se declaraban fumadores consumían más de 10 cigarrillos al día, tasa que ahora se ha elevado al 63,1.

Según este último dato, de cada 100 fumadores 44,6 consumen entre 11 y 20 cigarrillos diarios, y otros 18,5 gastan más de 20.

En España, en Extremadura también, se está creando una enorme sospecha sobre un crecimiento del consumo que se basa en las cifras de ventas, que no dejan de aumentar; una cosa sería que el número de fumadores permaneciera estable, otra que esas personas cada vez fueran más adictas y estén aumentando las dosis.

Dos millones de cajetillas

Los datos del comisionado nacional para la venta del tabaco revelan que en los 11 primeros meses de 2008 la venta de cajetillas aumentaron en 2,3 millones respecto al mismo período del año anterior.

Para el diputado popular Tomás Martín el consumo está indudablemente aumentando porque Portugal «siempre ha estado ahí al lado». Se culpa a los portugueses, o a los franceses en el caso de las comunidades españolas pirenaicas, de este incremento en las ventas. «Desde hace 22 años el tabaco es más barato en España que en Portugal, no echemos ahora la culpa a los portugueses».

Hasta que no se elabore una nueva encuesta nacional de salud (la última es de 2006) no se aclarará si hay relación, y en qué medida, entre el aumento en la venta de cajetillas y un posible mayor consumo en comunidades como Extremadura, Galicia o Castilla y León.

Sí es conocida la gravedad del problema entre las extremeñas. Mientras la tasa de fumadores varones, 29,52 por ciento, está dos puntos por debajo de la media nacional, la femenina, 20,53, es sólo un punto inferior.