El perfil del ludópata o jugador compulsivo está empezando a cambiar. Así lo reconoció el presidente de la Fundación Cals/Proyecto Hombre en León y Ponferrada, Jorge Juan Peña, que señaló que en torno al 30% de las personas que se dirigen al centro que esta entidad benéfica tiene en Fuentesnuevas para superar su adicción al juego son además consumidores habituales de alcohol y/o cocaína al tiempo que señaló que unido a estos hábitos aparecen además patologías asociadas como las enfermedades psiquiátricas.
En este sentido, puntualizó que “ya sabíamos que muchos casos de ludopatía estaban ligados al alcoholismo, pero nos ha sorprendido el hecho de que la gran mayoría empezaran consumiendo cocaína y acabaran siendo adictos al juego”.
Peña también lamentó que aproximadamente el 40% de las personas que acuden al programa no sólo no terminen el tratamiento para superar su adicción sino que ni siquiera pasen la fase de diagnóstico algo que se debe, según explicó, porque “ les cuesta mucho asumir las pautas que se imponen desde el centro”.
Entre las normas que fija Proyecto Hombre para el tratamiento de patologías vinculadas al juego compulsivo se enmarcan la presentación de un formulario en el que el propio afectado por esta enfermedad solicita al personal responsable de las salas de juegos o los bingos que se les prohíba la entrada a estos locales. Además, a la gente que participa en este programa de rehabilitación se le impide el uso de tarjetas de crédito o de teléfonos móviles y se les recomienda que no lleven consigo dinero en metálico.Todo ello provoca que poca gente acabe ‘enganchándose’ al programa y que haya un gran número de deserciones. “El 80% es gente mayor que tiene muy poco apoyo familiar y que creen que estas normas los inutilizan como personas”.
Por ese motivo, y con el propósito de adaptarse a las necesidades de los demandantes, sobre todo con la pretensión de poder ayudar a todo tipo de perfiles, la Comunidad Terapéutica de Fuentesnuevas cambiará sus comportamientos y su esquema de trabajo. De hecho, no en vano, el éxito de Proyecto Hombre ha llegado, en buena parte por su capacidad para adaptarse a la sociedad y evolucionar con ella a través del paso de los años. “A este programa llegan personas adultas y por eso creemos que debemos hacer un proceso motivacional diferente con el objetivo de que el mayor número de gente se sume a este programa”, afirmó Jorge Peña. “De este modo, en vez de prohibirles todo desde el principio vamos a ir poco a poco,vamos a pactar con ellos el dinero que pueden llevar en el bolsillo y vamos a personalizar más los procesos, esto conllevará que el periodo de rehabilitación sea más largo pero también que la gente se comprometa más con el programa”, puntualizó.
Asimismo reconoció que siguen siendo muchos más los hombres que acuden a este tipo de programas que las mujeres, por abrumadora mayoría, al tiempo que matizó que la mayor parte de las personas diagnosticadas tienen más de 40 años. “Tan sólo una mujer se ha acercado a nosotros” algo que, el presidente de Proyecto Hombre, cree que está motivado porque estas últimas sienten más perjuicios a la hora de acercarse a un programa de rehabilitación. “Sabemos que esta adicción no sólo se da entre hombres sino que también existe entre las mujeres, pero a ellas todavía no las hemos conseguido captar”.
Señaló también que la comarca berciana es un área que contempla varios factores que pueden propiciar el acercamiento a las máquinas de juego como son el alto índice de desempleo y el gran número de personas con menos de 50 años que se encuentran en situación de prejubilación.
Además, las máquinas tragaperras constituyen una de las principales causantes de los problemas de este tipo de acción en los habitantes de la comarca. “Aquí está más acentuado que en el resto de la provincia el problema de la ludopatía en el que inviertes dinero”, concluyó Peña.