El apoyo de la comunidad médica y científica a la prohibición total del tabaco en los espacios públicos (bares y restaurantes, fundamentalmente) es unánime, y mañana quedará de nuevo patente durante el I Congreso de la Sociedad Murciana de Medicina Preventiva y Salud Pública. Esta organización, que reúne a más de 40 expertos, cree que la nueva normativa que prepara el Gobierno «protegerá a aquellas personas que no fuman y no deben verse afectadas por el humo del tabaco en el ambiente».
Los profesionales consideran que «la ley que se hizo en su momento era incompleta», porque aunque «supuso algunos beneficios» en los centros de trabajo (donde no se puede fumar), el tabaco sigue presente en bares y restaurantes. Por eso, piden dar un paso más, siguiendo el camino marcado por Europa. Desmienten además las predicciones de los hosteleros, que auguran pérdidas en el sector. «En otros países esa afectación económica no se ha producido; los datos demuestran que cuando no se fuma los beneficios económicos son mucho mayores», explica el presidente de la Sociedad Murciana de Medicina Preventiva y Salud Pública, José Jesús Guillén.
Pero para que las normas contra el tabaco tengan éxito es necesario que «el no fumador se conciencie y exija el cumplimiento de la ley, porque a veces, por no crear conflictos, se aceptan situaciones que no deberían permitirse».
Más de cien personas participarán en el congreso que arranca mañana. Abordarán, además del problema del tabaquismo, otros muchos retos de salud pública en nuestra sociedad. Preocupa cómo poner coto a la obesidad, el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios, indicadores en los que Murcia tiene el dudoso honor de situarse a la cabeza de España. Esta situación «va a derivar en problemas de futuro si no somos capaces de cambiarla», admite Eduardo González, responsable de los servicios de salud del Ayuntamiento de Murcia y presidente del comité organizador del congreso de la Sociedad de Medicina Preventiva.
Una oportunidad perdida
En el estado de salud de la población influyen muchos factores: desde el nivel educativo a las desigualdades sociales. «En la Región «tenemos una de las tasas de abandono escolar más altas. Ese es un condicionante muy importante», destaca Carmen Navarro, responsable del servicio de Epidemiología de la Consejería. La Asamblea Regional aprobó en marzo el Plan de Salud 2015, un documento que plantea los retos para el futuro. El informe no está exento de críticas, y en él se advierte de que los indicadores sociales no han mejorado en Murcia en los últimos años al mismo ritmo que la economía, «desaprovechándose una oportunidad de favorecer la creación de una sociedad más sana».
También la gripe A está encima de la mesa de los expertos. No en vano ha protagonizado la última «crisis» de salud pública en España. El presidente de la Sociedad Murciana de Medicina Preventiva, José Jesús Guillén, cree que «la alarma» que generó la epidemia «sobrepasó posiblemente la realidad», pero añade que «el análisis a posteriori también está sobrepasando lo que verdaderamente ha sido». Sobre las 137.000 vacunas que, muy probablemente, la Consejería tendrá que tirar a la basura porque no se han utilizado, Guillén apunta que «ahora es muy fácil decir que sobran vacunas, pero si hubieran faltado la crítica hubiese sido peor».