Los hallazgos del mayor estudio europeo hasta la fecha en el emergente estudio de aguas residuales, proporcionan una instantánea valiosa del flujo de drogas que revelan marcadas diferencias geográficas. En la edición de 2019 han participado diecisiete países y desde el 2011 treinta y cuatro ciudades han participado en al menos cinco de las campañas anuales lo que permite ver la evolución del consumo. Para esta última ola se recogieron muestras durante 24 horas de una semana completa del mes de marzo.

Los resultados indican en primer lugar que las cargas de las diferentes drogas estimulantes detectadas en aguas residuales en 2019 han aumentado, en comparación con años anteriores.

Respecto a las sustancias, los resultados indican que el consumo de cocaína sigue siendo mayor en las ciudades de Europa occidental y meridional, en particular en ciudades de Bélgica, Países Bajos, España y el Reino Unido.

En cambio, las cargas de anfetamina detectadas en las aguas residuales presentaron niveles más altos en ciudades del norte y este de Europa.

El uso de metanfetamina, generalmente bajo y históricamente concentrado en la República Checa y Eslovaquia, ahora parece estar presente también en Chipre, al este de Alemania, España y el norte de Europa.

Finalmente, las mayores cargas de MDMA se encontraron en las aguas residuales en ciudades de Bélgica, Alemania y los Países Bajos.

Otra de les conclusiones del estudio es que, en la gran mayoría de países con múltiples ubicaciones de estudio, las cargas fueron mayores en las grandes ciudades y pueden explicarse, en parte, por los diferentes aspectos sociales y características demográficas de las ciudades.

Finalmente, se encontraron diferencias en función de los días de la semana. Las cargas de cocaína y el MDMA eran sustancialmente más altas durante los fines de semana las de anfetaminas también aunque las diferencias entre días eran menores y las cargas de meta-anfetaminas presentaban una distribución más regular.

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