El consumo de marihuana ha aumentado en los últimos años a nivel mundial. No solo a nivel recreativo. A nivel terapéutico, cada vez más países dan un paso al frente hacia el consumo de esta planta.

Sin embargo, sus importantes efectos secundarios, como deterioros cognitivos o disfunciones motoras, entre otros, han provocado un intenso debate en torno a la seguridad de su consumo orientado al ocio y a la explotación medicinal de esta droga. Esto representa un reto tanto a nivel sociológico como biológico.

Leer el artículo completo en diariovasco.com