La consejera de Sanidad y Servicios Sociales, Charo Quintana, alertó hoy de que el consumo de drogas entre los jóvenes de entre 14 y 18 años ha aumentado, al mismo tiempo que ha descendido su percepción de riesgo. Asimismo, señaló que el perfil del consumidor ha cambiado, ya que el actual está «perfectamente integrado en la sociedad».

Según los datos que aportó la consejera, correspondientes a una encuesta escolar de 2004, el 85,1% de los jóvenes cántabros ha probado alguna vez el alcohol, mientras que el 75% lo consume habitualmente. La edad media de inicio de su consumo está situada en los 13 años y cinco meses.

Por su parte, el tabaco es la segunda droga más requerida en Cantabria, pero la primera que se empieza a consumir, situándose la media de inicio en 13 años. Asimismo, el 31% de los jóvenes fuma tabaco habitualmente y hasta un 34,8% lo hace esporádicamente.

En lo que respecta al cannabis, es la droga ilegal más consumida en la región por los jóvenes, siendo el 25,3% consumidores habituales y el 40,2% esporádicos. En este sentido, Quintana remarcó que «sólo» el 70% de los consumidores piensa que esta sustancia «produce problemas».

Por otro lado, la encuesta señala que el 3,8% de los jóvenes consume cocaína de forma habitual mientras que el 2,8% lo ha hecho «alguna vez».

En este sentido, la consejera aseguró que el perfil del consumidor ha cambiado ya que ahora existe «un consumo de drogas lúdico, por diversión». «La respuesta a este fenómeno multicausal ha de ser una actuación firme y decidida por parte de todos», añadió.

ESTRATEGIA SOBRE DROGAS

La consejera facilitó estos datos con motivo de la presentación de la estrategia sobre drogas que el Gobierno de Cantabria realizará en el período 2005-2008 y cuyo presupuesto, para el próximo año 2006, asciende a 1.516.000 euros.

Según explicó el director general de Salud Pública, Santiago Rodríguez, el primero de los puntos de este nuevo plan consiste en reforzar las actuaciones en el ámbito de la familia para que se involucren en la tarea educativa, «especialmente en la prevención del consumo de drogas». En segundo lugar se potenciarán acciones de sensibilización y concienciación con los medios de comunicación.

Otra línea de actuación se centra en profundizar y mejorar los programas y actividades desarrolladas en el ámbito educativo para fomentar en los escolares hábitos de vida saludables. Asimismo, se incrementará la actuación específica fuera del ámbito escolar, especialmente en los espacios de tiempo libre organizado.

Igualmente, Rodríguez señaló la intención de reforzar el papel de la Atención Primaria en la detección precoz y en la asistencia a personas con drogodependencia; y destacó que la estrategia elaborada por la Consejería se centra en la potenciación de proyectos preventivos en el ámbito laboral, con la colaboración de CEOE-CEPYME, UGT y CC.OO.

Otro de los objetivos de Sanidad es incorporar la perspectiva de género en todas las áreas de intervención de drogas. «Uno de los objetivos es que todas las actuaciones tengan incorporado esta perspectiva, para que toda la información obtenida esté dividida por sexos», comentó Rodríguez.

La estrategia pretende también mejorar la asistencia a personas con drogodependencia en los centros penitenciarios a través de distintos programas.

OBSERVATORIO CÁNTABRO DE DROGAS

Por otro lado, el director general resaltó la necesidad de reforzar la formación y la investigación de las drogodependencias, para lo que se creará el Observatorio Cántabro de Drogas, proyecto que, actualmente, se encuentra en tramitación.

Una última actuación de esta estrategia se basa en diversificar e incrementar las actuaciones en prevención de riesgo y reducción de daño. Finalmente, se actuará en los consumos de tabaco y alcohol de forma específica «puesto que son las dos drogas, aunque legales, de mayor consumo».

IMPLICACIÓN DE LOS CENTROS SANITARIOS

De todas las actuaciones de la estrategia, Charo Quintana hizo hincapié en la necesidad de «implicar mucho más al servicio de salud en la prevención y en el diagnóstico precoz, así como en el tratamiento de las drogadicciones y no sólo las consecuencias para la su salud».

«Necesitamos que los centros sean los protagonistas de la atención sanitaria a la adicción en el sentido más amplio, desde la propia adicción como enfermedad hasta las consecuencias que cada una de las drogas ocasionan en nuestro organismo», concluyó.