A la reunión asisten «representantes de cuatro de los cinco países con mayor exportación de cigarrillos y tres de los cinco mayores vendedores de hoja de tabaco, lo que quiere decir que ya estamos cambiando la historia», apuntó el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Lee Jong-wook.

«Fumar es un contrato a futuro, porque quienes comienzan hoy a fumar lo empezarán a pagar dentro de 30 ó 40 años, con un cáncer de pulmón o una enfermedad cardiorrespiratoria», subrayó Lee.

Los asistentes a la reunión son principalmente representantes de los países que han ratificado ya el Convenio Mundial Contra el Tabaco (CMCT), que celebran su primera «Conferencia de las Partes».

El tratado, que fue aprobado en mayo de 2003 y entró en vigor el 27 de febrero de 2005, ya ha sido ratificado por 121 países, aunque sólo 113 lo hicieron a tiempo para participar con plenos derechos en la reunión que comenzó hoy en Ginebra y que se prolongará hasta el 17 de febrero.

La aprobación del texto, que ha sido firmado pero no ratificado por Estados Unidos, generó inicialmente la enérgica oposición por parte de la industria del tabaco, así como de otros sectores vinculados al mismo.

En ese sentido, Lee destacó que el documento ya está ratificado por países que aglutinan al «74 por ciento de la población mundial y al 69 por ciento del consumo mundial del tabaco», lo que indica que, «con el esfuerzo necesario, lograremos que esta iniciativa funcione».

Para dar muestra del reto que supone reducir el tabaquismo en el mundo, el centro de convenciones en que tiene lugar la reunión internacional recibe a los asistentes con un gran contador digital en el que se muestra el número de personas muertas a causa del tabaco desde el 25 de octubre de 1999.

En el momento de la inauguración, el contador iba por 25.726.265, aunque el número de muertes crece rápidamente, ya que el tabaco mata a cinco millones de personas al año, según los cálculos de la OMS.

«Uno de cada dos fumadores pagará con su vida», según Lee, quien recordó que, según los cálculos de la OMS, de los 1.300 millones de personas que tienen ese hábito la mitad morirá por razones ligadas al tabaquismo, entre ellos 325 millones entre los 35 y 69 años.

Durante la inauguración de la reunión internacional el director general de la OMS recordó que «es tarea de todos ayudar a dejar de fumar y ayudar a no empezar a hacerlo».

Los países que asisten a esta reunión se han propuesto reducir progresivamente a la mitad el número de personas que fuman, lo que permitirá evitar que unas 25 millones de vidas se pierdan de aquí a 2025 y hasta 200 millones en 2050.

Entre las tareas de los participantes en la reunión está la de constituir una secretaría permanente, que, según la propuesta mayoritaria hasta el momento, podría ser ejercida por la propia OMS y tendría su sede en Ginebra.

Además, tratarán de diseñar programas de financiación para que los países firmantes del convenio, especialmente aquellos en vías de desarrollo, diseñen y apliquen sus propios planes nacionales para reducir el consumo del único producto legal que causa la muerte de la mitad de sus consumidores habituales.

De persistir las tendencias actuales, en 2020 siete de cada diez defunciones por tabaco se producirán en los países en desarrollo, según los cálculos de la OMS.

En el orden del día de la reunión también está el intercambio de mejores prácticas entre países y de experiencias pioneras, entre las que Lee puso el ejemplo de España, Noruega e Irlanda, que recientemente han prohibido fumar en lugares públicos cerrados y en centros de trabajo.

«Si se ha conseguido que en un pub de Irlanda no se fume, es que todo es posible», defendió el responsable de la OMS.