En julio pasado, un alumno de un colegio ubicado en el sur de la urbe fue sorprendido con un paquete que contenía una sustancia blanquecina que la Policía Antinarcóticos  confirmó  que era base de cocaína.

El estudiante, a través de la denuncia que presentó su madre en la Fiscalía, acusó a otro compañero de haberle dado la droga, obligarlo a venderla y consumirla.

En mayo pasado, en cambio, alumnos de un colegio del norte de la ciudad fueron acusados de drogar a siete alumnas de un plantel del centro lanzándoles escopolamina. Las menores fueron hospitalizadas.

El mismo mes, otro alumno de ese plantel fue acusado por una compañera de drogarla.

Casos como estos hacen presumir a la Policía que bandas de tráfico, consumo y comercialización de droga están operando en centros educativos a través de conexiones con menores que estudian allí.

“De lo que hemos visto, generalmente son los padres quienes involucran a los alumnos en el expendio de la droga”, dice el teniente coronel Marcelo Tobar, comandante de la Jefatura Provincial de Antinarcóticos del Guayas (JPAG).

En ninguno de los casos mencionados los menores involucrados fueron aislados, porque “la ley es bastante benevolente con ellos. Los jueces consideran que a un adolescente debe dársele la oportunidad de reinsertarse a la sociedad; y en eso estamos de acuerdo, pero lamentablemente reinciden”, sostiene el oficial.

Ante ello, la JPAG, a través de su Departamento de Información de Prevención Antidroga (DIPA), imparte charlas de prevención del uso de estupefacientes en los diferentes colegios del Guayas.

Días atrás, las promotoras del DIPA visitaron un colegio ubicado al noroeste de la urbe.

Una de las conferencistas, la cabo Cristina Carpio, anota que las charlas están orientadas “a enseñar a los jóvenes cuáles son las consecuencias que pueden sufrir si toman la decisión de consumir drogas”.

Mientras daba la charla a sesenta estudiantes, se proyectaba un video con imágenes de  chicos involucrados en el consumo y comercialización de estupefacientes.

“Hoy en día a los chicos no se les puede decir ‘no lo hagas’, porque es cuando más quieren, es por eso que les mostramos los riesgos que corren con casos reales”, indica Carpio.

La promotora comenta que la sustancia que con mayor frecuencia se encuentra entre los jóvenes es la marihuana, pero recordó que el problema empieza por el consumo del alcohol y el tabaco, “que también son drogas, pero legales, lamentablemente”.

En segundo lugar está la base de cocaína, menciona Tobar, al momento de aclarar que lo que no suele verse es el clorhidrato de cocaína, “porque esta droga es más cara”.

Para Tobar lo más alarmante del tema es que en la actualidad los chicos se involucran en el “mundo de las drogas” a muy temprana edad.

Una encuesta hecha en 1998 por el Consejo Nacional de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (Consep) y facilitada a este Diario por la Dirección Provincial de Educación, revela que los jóvenes comenzaban a consumir alcohol y cigarrillo a los 14 años. Mientras que el uso de la marihuana, base de cocaína y clorhidrato de cocaína ocurre a los 15. Un sondeo hecho por el Consep en el 2005 disminuyó a 13 y  14 el consumo, respectivamente.

Pero Tobar asegura que de los  operativos que se realizan a diario en la ciudad, se desprende que la edad promedio de consumo de sustancias legales e ilegales es 12 años.

Según los registros de la JPAG, de enero al 10 de septiembre del 2009, 28 menores fueron aislados por tráfico internacional (5), comercialización nacional (17) y por tenencia (6); del total, 24 son hombres y 4 mujeres. A nivel nacional, en el mismo periodo suman 176 menores aislados, 115 hombres y 61 mujeres.

Por ello, Tobar considera importante la labor preventiva que realiza el DIPA en los colegios, que “sin ser nuestra obligación colaboramos con cualquier plantel que se comunique con nosotros y lo requiera”.

Denuncias
Si algún estudiante observa que un compañero tiene o comercializa con drogas puede denunciar al 1-800 Drogas de la Policía Antinarcóticos o a la dirección de su colegio. Se guardará absoluta reserva.

La ley
La Constitución de la República del Ecuador en su artículo 46 de Niñas, Niños y Adolescentes, numeral 5, establece que es obligación del Estado prevenir a los jóvenes sobre “el uso de estupefacientes o psicotrópicos y el consumo de bebidas alcohólicas y otras sustancias nocivas para su salud y desarrollo”.

Para padres
Revise con frecuencia las mochilas de sus hijos cuando salgan y lleguen del colegio. Mantenga conversaciones permanentes con los niños y adolescentes.

Ayuda
Si descubre que su hijo o estudiante consume o trafica con estupefacientes, busque ayuda profesional. No lo señale ni discrimine.