La Consejería de Salud y Servicios Sanitarios presentó ayer las líneas generales del borrador del Plan sobre Drogas del Principado de Asturias 2010-2016, que pretende ser una continuación del vigente durante los últimos ocho años. El motivo de esta renovación del marco de actuación en materia de drogadicciones viene dado por los cambios que se han detectado en distintos ámbitos, como pueden ser, entre otros, la constatación del envejecimiento de los consumidores, problemas mentales con una patología dual asociados a la drogadicción, la aparición de nuevas sustancias estupefacientes, la necesidad de trabajar con evidencias científicas, incluir la perspectiva de género o la generalización del policonsumo.

El consejero Ramón Quirós, la directora general de Salud Pública, Amelia González, y el director de la Unidad de Coordinación del Plan Sobre Drogas, José Ramón Hevia, presentaron ayer las líneas básicas del documento, que durante el verano estará a disposición de todas las organizaciones y entidades de la región interesadas en presentar sus aportaciones el plan.

Su aprobación definitiva tendrá lugar el próximo septiembre, en el transcurso de una jornada abierta para que se llegue al mayor consenso posible.

Los objetivos fundamentales que se persiguen son, según Amelia González, «reducir el consumo y los efectos que tiene sobre las personas. Por eso trabajaremos en la prevención, la asistencia en la reducción de daños y la reincorporación social».

En la actualidad, ya existe un programa específico sobre el tabaquismo y se están culminando los relativos al alcoholismo y la cocaína.

Está prevista la inversión de 4,2 millones de euros en 2011 para atender las necesidades de estos programas y coordinarlos con «los trabajos de los planes municipales de drogas. Así, habrá una cartera de servicios básicos comunes que se incorporarán a la financiación desde el Principado».

José Ramón Hevia aportó los datos sobre los que trabaja la Administración regional, como el hecho de que actualmente la heroína «afecta a personas envejecidas con largos tratamientos. Hay muy pocas incorporaciones nuevas y ya casi no existe la heroína inyectable. Lo que más se da es el policonsumo ligado a los espacios de ocio, que es donde la gente se inicia».

Aunque en los último cinco años ha bajado el consumo de sustancias estupefacientes, los expertos están convencidos de que los números «se estabilizarán», indicó Hevia.

Pero se han de enfrentar a un nuevo problema: las enfermedades mentales. Especialmente preocupante es la denominada «patología dual». Es decir, que «el consumo de drogas produce trastornos mentales, pero también muchas personas llegaron a ser adictas debido a un trastorno mental de base. Este es un hecho que conocemos ahora mucho mejor que hace 20 años», asegura José Ramón Hevia.

Los consumos

Esta evolución en el conocimiento de la realidad permite saber que, «en las comunidades terapéuticas, el 40% de los ingresados tienen problemas mentales. Es decir, presentan una patología dual, aunque es muy difícil si primero se presentó la enfermedad mental o la drogadicción», remarcó Hevia.

Pero los responsables de Salud aportaron más datos de la situación en Asturias y compararon los números entre los años 2004 y 2008. Por ejemplo, en materia de consumo de cannabis entre estudiantes de 14 a 18 años bajó del 40% al 25% en esos cinco años, mientras que el de cocaína lo hizo del 1,5% al 1,1%.

Hay un asunto que preocupa a los especialistas de la consejería: la escasa participación de las mujeres en los tratamientos que realizan las comunidades terapéuticas. En su opinión, «hay barreras de cristal que hacen que las mujeres acudan menos». Y es que los números son claros, pues, en 2008, de las 150 personas que estaban a tratamiento por consumo de cocaína sólo 19 eran mujeres: «Sabemos que las mujeres consumen menos, pero esos datos no se corresponden con su acceso a los tratamientos».