El consumo repetido de éxtasis incrementa el riesgo de desarrollar apnea del sueño en adultos jóvenes que no presentan otro riesgo para sufrir problemas del sueño. Así lo asegura un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Médico Johns Hopkins, que confirma la existencia de más efectos dañinos vinculados a estas drogas de diseño.

La apnea del sueño (afección en la cual una persona tiene episodios de obstrucción de la respiración mientras  el individuo duerme) puede acarrear consecuencias fatales, desde trastornos de la función cognitiva, riesgo de diabetes así como distintas patologías relacionadas con el corazón. «Ya sabíamos que estas drogas de abuso tienen numerosos efectos perjudiciales, pero aquí tenemos otra razón para no tomar éxtasis», asegura Una D. McCann, investigadora principal del estudio que se publica en el último número de la revista «Neurology».

Otros efectos de esta droga demostrados en el pasado abarcan un amplio abanico de problemas neurológicos (déficit cognitivo, conducta impulsiva, alteraciones de las ondas cerebrales. Incluso en estudios llevados a cabo en animales han mostrado incluso cómo las conexiones que hay entre las neuronas y a través de las cuales se trasmite la información en el cerebro llegan a acortarse.

En la investigación participaron 71 consumidores de estas drogas sintéticas y otros 62 que tomaban otras sustancias de abuso, pero no éxtasis. Todos ellos llevaban una vida nocturna intensa. Tras estudiar a los sujetos mientras dormían, los científicos observaron que la forma más sueva de la apnea era más habitual entre los «pastilleros» que en el otro grupo, pero la diferencia no era grande (15 frente a 13). Sin embargo, los episodios de apnea moderada y severa, potencialmente más peligrosa, sí se dieron en los consumidores de éxtasis. Con todo, no se ha hallado explicación para este vínculo entre la droga y esta dolencia.