En el mundo mueren a causa del tabaco cerca de cuatro millones de personas al año, de los que 56.000 son españoles; algo que supone el 16% del total de defunciones registradas cada doce meses en España. Con este punto de arranque, más de 400 expertos nacionales y extranjeros se reúnen desde ayer en Madrid para analizar las dimensiones de esta «plaga» social y sanitaria de los occidentales.

Los especialistas del II Congreso Nacional sobre Prevención y Tratamiento del Tabaquismo piden acciones decididas a las Administraciones y a la propia ciudadanía para reducir sus efectos sobre la población. Y es en este punto donde médicos, enfermeros, sociólogos y otros profesionales implicados reclaman «valentía» a los poderes públicos para actuar contra el tabaco. No bastan -dicen- las campañas ocasionales para alejar el riesgo.

Acotar el hábito

Son necesarias además políticas coordinadas -en el plano educativo, sanitario, social y legal- para poner coto al hábito causante de un extenso catálogo de patologías: cáncer de pulmón (en un 90% vinculados al pitillo) y laringe, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que dificulta la respiración a 4 millones de españoles, y distintas afecciones cardiovasculares. Males que representan una carga económica de unos 1.600 millones de euros anuales para la sociedad española.

En este contexto, toda medida destinada a dificultar el acceso al tabaco de los jóvenes y mujeres, principal objetivo del «marketing», es bien recibida por los expertos.

Menos fumadores

Las estrategias contra el tabaquismo van dando algunos frutos. De confirmarse los datos de la Encuesta Nacional de Salud de 2001, el 35,7% de fumadores en España se habría reducido al 34,4% de la población a partir de los 23 años. Y se confirmaría la tendencia a la baja de adictos masculinos, mientras se estabiliza o crece algo la tasa de fumadoras, en torno al 27,2%.