«Estamos en la tercera década de la epidemia por VIH y a día de hoy sabemos mucho y muy poco del sida». Con esta afirmación, Isabel Noguer, hasta hace un mes jefa del área epidemiológica del VIH del Instituto de Salud Carlos III, destaca la contradictoria situación de una enfermedad que afecta a 40,3 millones de personas en todo el mundo.
A pesar de los muchos avances que se han producido en los últimos años en el ámbito de la investigación del sida, el número de infecciones sigue aumentando y sigue sin haber vacuna ni curación para esta patología. «Sobrepasadas las primeras proyecciones, el VIH va camino de ser la peor epidemia de la historia. Estamos ante una pandemia de consecuencias dramáticas a nivel mundial«, explicó la doctora Noguer durante la sesión inaugural de las jornadas de VIH, organizadas por el Instituto Carlos III.
«Aunque conocimos la enfermedad en los años 80, ya llevaba bastante tiempo en África. Sin embargo, algunos expertos señalan que todavía podemos encontrarnos en lo que es una primera fase de la epidemia», añadió la epidemióloga.
Centrándose en la situación del sida en España, Isabel Noguer indicó que en nuestro país se producen entre 2.000 y 4.000 nuevas infecciones al año que hace un tiempo estaban ligadas a los llamados grupos de riesgo, como los usuarios de drogas por vía parenteral, pero que en la actualidad se reparten por todos los segmentos de población. Además el sida es la causa de 20.000 ingresos hospitalarios anuales y en 2003 costó al Sistema de salud 450 millones de euros en tratamientos antirretrovirales.
Entre los habitantes españoles que viven infectados por el virus del sida predominan los hombres, en una proporción de cuatro a uno respecto a las mujeres, y más de la mitad contrajeron la infección por compartir material para el consumo de drogas intravenosas. El 30% de los contagiados no utilizó el preservativo en sus últimas relaciones sexuales.
«Es lamentable que después de 25 años tengamos que seguir recordando a la gente que no puede volver la espalda al VIH», reconoce la experta del Carlos III. A falta de una vacuna contra el sida, que no se prevé que llegue en un futuro cercano, la mejor alternativa contra la enfermedad es la prevención. «El uso sistemático del preservativo en las relaciones sexuales y la reducción del número de parejas constituyen las medidas más efectivas para reducir la transmisión del virus», concluye Noguer.
La vulnerabilidad de la mujer
El sida es una enfermedad infecciosa de carácter irreversible, es decir, una vez que una persona se contagia ya no puede dejar de estarlo. Aunque existen factores de riesgo que afectan a todas las personas sin distinción, la mujer atraviesa algunas situaciones que la colocan en una condición de mayor vulnerabilidad.
Los especialistas incluyen entre los factores específicos de las féminas el hecho de que las posibilidades de transmisión por vía sexual del VIH son mayores del hombre a la mujer que de la mujer al hombre. Asimismo, hay determinados periodos de la vida sexual en los que las mujeres son más vulnerables al VIH, como la adolescencia y la menopausia, momentos en la que la mucosa vaginal es más frágil.
En cuanto a factores socioculturales y económicos citan el ejercicio de la prostitución, más frecuente en mujeres, las desigualdades de género, sobre todo en países en desarrollo, que implican una menor capacidad de negociación del sexo y la escasa autoestima y valoración de la sexualidad femenina, que dificultan la prevención de la enfermedad.