Experimentos realizados en la Universidad del Norte en Ohio con ratones que carecían de la proteína llamada UCP-3, indicaron que los roedores se recalentaban menos cuando recibían inyecciones de éxtasis que eran suficientes para ocasionar la muerte de ratones normales.

Los estudios son los primeros destinados a buscar un tratamiento para los seres humanos que desarrollan hipertermia tras una dosis excesiva de éxtasis.

Cuando el organismo se recalienta por encima de cierto límite, los músculos se desintegran y los órganos se atrofian, lo cual conduce a la muerte, dijo Ted Mills, investigador del Instituto Nacional Cardíaco, Sanguíneo y Pulmonar.

Mills es coautor del estudio que aparece el jueves en la revista Nature.

«Al aislar esta proteína, podríamos determinar si en efecto es posible impedir que ocurra la hipertermia», dijo Mills. «Hasta ahora nadie ha podido hacer tal cosa».

Un informe reciente de las Naciones Unidas sobre el uso del éxtasis del 1995 al 2000 calcula que ha habido por lo menos un 70% de aumento en el uso mundial de la droga, una variedad de la metanfetamina conocida como MDMA por sus iniciales en inglés.

En sus reacciones más típicas, el éxtasis produce euforia, aumenta el nivel de energía y estimula la líbido del adicto.

Pero también suprime el apetito, la sed y la necesidad de dormir, y en altas dosis puede incrementar bruscamente la temperatura del organismo, produciendo con ello fallos renales y cardíacos e incluso la muerte.

El recalentamiento producido por una dosis excesiva de éxtasis no puede ser controlado con tratamientos médicos de emergencia como son los baños congelados y las transfusiones de sangre helada, dijo Mills.

«Esa gente se presenta en las salas de emergencia (de los hospitales) con fiebres hasta de más de 108 grados (42 grados centígrados)», dijo. «Cuando la temperatura es tan alta comienzan a ocurrir muchas cosas, y una de ellas es que las células musculares comienzan a abrirse».

Pero la cantidad de muertes por hipertermia son relativamente escasas si se tiene en cuenta la enorme cantidad de droga éxtasis que se consume en todo el mundo, dijo David Grandy, biólogo molecular de la Universidad de Ciencias Médicas de Oregón.

«La regulación de la temperatura corporal es un mecanismo muy complejo, de modo que probablemente hay otros factores que desconocemos», dijo Grandy.