El binomio alcohol y carretera se ha consolidado como una combinación mortal muy difícil de erradicar contra la que intentan luchar los técnicos en seguridad vial de media Europa. Y, hasta ahora, no con muy buenos resultados. En Catalunya, el Servei Català de Trànsit (SCT) ya advirtió el lunes de que ni el carnet por puntos ni la reforma penal ha conseguido reducir el porcentaje de positivos en alcoholemia.
En el resto de países europeos, con una legislación penal incluso más dura que la española, siguen buscando fórmulas para disuadir a un tipo de conductor que no asume el riesgo de beber y que tampoco teme la sanción.
En el Reino Unido e Irlanda, los únicos dos países de la UE en los que la tasa máxima sigue siendo de 0,4 miligramos de alcohol por litro de aire espirado –en España es 0,25–, ya se plantean reducirla. De hecho, en Irlanda, una comisión de expertos definirá el nuevo límite antes del 2009, mientras que los británicos se han mostrado favorables, en una gran encuesta pública, a la reducción que prepara. Lo que más preocupa ahora es la plaga de accidentes los fines de semana en los que están implicados jóvenes. Como medida adicional, la Cámara de los Comunes ha recomendado prohibir a los conductores noveles que puedan llevar pasajeros de madrugada.
Luxemburgo ya bajó la tasa máxima de alcohol a 0,25 en octubre pasado, mientras que Finlandia, con un límite máximo de 0,25 gramos, sopesa reducirla todavía más después de que los muertos del pasado agosto sumaran 252 más que en el mismo mes del año anterior.
ENTRADAS PARA EL FÚTBOL
En Italia, el repunte en la siniestralidad entre los más jóvenes ha hecho plantear la posibilidad de endurecer las sanciones para las alcoholemias. Entre 0,25 y 0,40 el castigo podría alcanzar los 2.000 euros, un mes de cárcel y la retirada del carnet hasta seis meses. Las penas se incrementarían en proporción a la tasa de alcohol (en España la cárcel empieza a partir de 0,6). También en este mismo país se ha puesto en marcha una campaña dirigida a los jóvenes de entre 18 y 35 años. Así, los días de fútbol reciben un SMS en su móvil con una frase del estilo: «Si bebes, no conduzcas». Los que conservan el SMS son sometidos a un control de alcohol y si dan negativo son premiados con entradas para el próximo partido.
El primer mes de puesta en marcha del Código Penal en España ha demostrado que la tarea también será difícil. Los Mossos han observado que, por el momento, el miedo a la cárcel no está asustando a los conductores que no contemplan el riesgo de beber. Un fenómeno parecido al que la DGT ha constatado en Madrid. En el resto de España sí se ha observado, sin embargo, una caída de las alcoholemias. Es muy significativa en la ciudad de Barcelona.
En cualquier caso, a España le queda mucho trecho por recorrer. No en vano ha sido señalado por la Unión Europa como el país que menos ha logrado erradicar el alcohol al volante en los últimos años.