El equipo médico y psicosocial del centro de drogodepencias Alternativa-2 ha atendido en lo que va de año a más de 400 personas, de las cuales 111 comenzaron su tratamiento en 2004, mientras que el resto lo había iniciado anteriormente. El concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Fuengirola, Francisco José Martín, destacó la importancia de este centro y la colaboración del Consistorio con las asociaciones y ONG, que prestan ayuda a los demás.

“Realizamos un seguimiento de su actividad y estamos abiertos a prestar la ayuda que necesiten, en la medida de nuestras posibilidades; de ahí -explicó- que se mantengan reuniones con los responsables de estas entidades”.

Alternativa-2 es una entidad financiada mediante convenios con el Ayuntamiento de la localidad fuengiroleña, la Administración autonómica y el Ministerio de Salud, que facilitan que los tratamientos y las actividades no supongan coste económico alguno para sus usuarios.

En este centro de drogodependientes se tratan todas las adicciones y se observan cambios en las tendencias que reflejan las pautas de consumo en nuestra sociedad. Hasta hace pocos años, casi la totalidad de los pacientes recibía tratamiento por consumo de heroína, mientras que ahora empiezan a ser una minoría.

Entre los pacientes que han solicitado tratamiento este año 2004, el 33 por ciento lo ha hecho por consumo de cocaína, el 28 por ciento por ingestión de alcohol, el 21 por ciento por heroína, el 14 por ciento por cannabis y el 4 por ciento restante por adicciones de otro tipo.

Las edades de las personas que solicitan tratamiento oscila entre los 19 años de los consumidores de cannabis, los 31 de los que consumen cocaína, los 37 de las personas que tienen problemas con la heroína y los 40 años de consumidores de alcohol.

LA DECISIÓN DE PEDIR AYUDA

Los factores laborales, familiares y sociales influyen en la decisión de los pacientes. Así, según los datos ofrecidos por Alternativa-2, las características de los pacientes reflejan una mayor integración social, ya que un mayor porcentaje trabaja de forma normalizada (60 por ciento), el 8 por ciento estudia y un 17 por ciento está parado o es pensionista. Por otro lado, el 40 por ciento convive con su propia familia, el 45 por ciento lo hace con sus padres y el 8 por ciento vive solo. La familia juega un papel muy importante en la decisión de iniciar un tratamiento, ya que el 40 por ciento llega al centro por presión familiar. El 35 por ciento lo hace por propia iniciativa, el 13 por ciento por derivación desde servicios sociales o sanitarios y el 7 por ciento restante por imposición desde el sistema judicial.