La policía denuncia la existencia de «ganchos» -jóvenes y personas relacionadas con la hostelería y los espectáculos- que consiguen mover el ambiente y la juventud hacia determinados puntos de la ciudad y zonas limítrofes, donde la vigilancia está más difuminada, utilizando como reclamo la facilidad de obtener determinadas drogas y la permisividad en el consumo de alcohol.

Estos «ganchos» están, sostienen desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP), en el origen de los aspectos más negativos de la llamada «movida» juvenil. Un fenómeno que se asienta en los cascos históricos de las capitales gallegas y, en lo que respeta a la provincia de Pontevedra, también, además de en la capital, en las localidades de Sanxenxo, Portonovo, Marín y Vilagarcía.

En todos estos lugares, tanto los menores de edad como los mayores «pueden ingerir todo el alcohol que puedan pagar y tener al alcance de la mano cualquier tipo de droga, en el interior o exterior de los locales de diversión (discotecas, bares, etc.)». La existencia de estas concentraciones de jóvenes y locales de copas está generando enfrentamientos con los vecinos que reclaman, frente al derecho al ocio de los participantes en la «movida», el derecho al descanso y a una vida sin estridencias.

Ante esta situación, desde el Sindicato Unificado de Policía se insta a la administración y a los responsables políticos a afrontar con «seriedad y realismo» los problemas de la «movida», adoptando medidas legales restrictivos y dotando de los medios necesarios a las fuerzas de seguridad que tienen que hacerse cargo de sus consecuencias.

Pero además, solicitan, una redistribución territorial de sus servicios cuando menos en lo tocantes a la persecución de la delincuencia en los municipios limítrofes a las ciudades, a donde se desplazan muchos «ganchos» y los ambientes que genera, conocedores de las mayores dificultades que tiene la Guardia Civil (por falta de medios) para perseguir las actividades ilícitas que desarrollan.

Desde algunos sectores de la policía defienden la puesta en marcha de una labor educativa y preventiva para combatir la «movida», lo que no les impide plantear paralalemente la necesidad de crear en cada comisaría una unidad u órgano policial específico para controlar la problemática derivada de las noches de consumo abusivo de drogas y alcohol.

Los padres sufren y pagan los efectos de la movida juvenil

Los padres y tutores de menores, en mayor medida, pero también de jóvenes mayores de edad afrontan la «movida» desde una doble perspectiva: por una parte, sufren en sus hijos los efectos negativos del consumo abusivo de determinadas sustancias ilegales y, por otro, empiezan a tener que pagar las multas y sanciones administrativas que les imponen a sus vástagos por vulnerar la legalidad y la paz social.

En estos momentos la Justicia se está planteando castigar a los jóvenes, sorprendidos en actividades ilegales en el marco de la «movida», con trabajos en provecho de la comunidad.

La policía constata que la sociedad contempla «asombrada y amedrentada» la denominada «movida», pues por un lado comprueba que no existen, o no funcionan, mecanismos de control y, por otro, ven como sus hijos se sumergen en un submundo tan atractivo como peligroso para su integridad.

Mientras todo esto ocurre, la administración, los educadores, las asociaciones de vecinos y distintos colectivos ciudadanos intentan diagnosticar las causas que han llevado a esta situación, pero son incapaces de encontrar soluciones para reconducirla.

La Guardia Civil se refuerza

La Guardia Civil ha reforzado el número de efectivos en la comarca de O Salnés, concretamente en loss puestos de Vilagarcía y Cambados, según la respuesta del Ejecutivo a una pregunta formulada en el Congreso por la diputada del PSOE del María Jesús Arrate. En el último años la Comandancia de Vilagarcía ha pasado de 44 personas en plantilla a 56 y en Cambados de 25 a 37.