Cómo beber¿Sabemos cómo hay que beber? ¿Llevamos la cuenta de lo que hemos tomado? ¿Apuramos las copas para volver a llenar? ¿Seguimos bebiendo después porque siempre queda la espuela? ¿La última copa siempre es la penúltima? ¿Conocemos la capacidad de aguante de nuestro cuerpo? ¿Hablamos y bebemos primero, o primero bebemos y luego hablamos?…
Muchos identifican la Fiesta de la Cruz exclusivamente con las copas y sólo ven en ella una oportunidad para beber de sol a sol. Los datos sobre la ingesta de alcohol y la tendencia al aumento del consumo entre los jóvenes «deben servir de experiencia para estimular otras cosas». «Tenemos que aprender a relacionarnos con el alcohol». Así lo cree el director del Centro Provincial de Drogodependencias de Granada (CPD), Antonio Torres.
Para eso -para aprender a relacionarnos con el alcohol- existen algunas recomendaciones. Torres apunta algunas medidas. La primera es «evitar tomar las copas como costumbre». Pero también hay que desechar la idea de que el alcohol entona y de que «te sube la moral cuando estás cansado». «El alcohol no sube la moral; lo que sucede es todo lo contrario», comenta el director del Centro de Drogodependencias.
«No presionar»
En su opinión, tampoco hay que «presionar» para que llenen ni apurar la copa para beber otra ronda. Es eso que se dice muchas veces: que llenen, que vamos a tomar la última. Al margen de la «cultura de la última ronda», la cuestión está en cómo beber. «Nunca hay que hacerlo con el estómago vacío». Es una de las medidas que recomienda el director del Centro Provincial de Drogodependencias. «En fiestas como la de la Cruz hay que intentar retrasar la ingesta de alcohol el mayor tiempo posible», señala Torres. «Hay que evitar, por tanto, tomar la primera copa a media mañana y posponerla hasta la hora del aperitivo».
Junto a ello hay otras recomendaciones: «Tomar la bebida alcohólica muy lentamente; es decir paladear lo que se esté bebiendo». Pero además, el director del Centro de Drogodependencias considera esencial «llevar la cuenta de lo que se consume». «Es necesario tener conciencia del número de copas que se toman».
Otra de las cuestiones en la que incide Torres es saber ocupar el tiempo libre en días como la Fiesta de la Cruz. «Hay que disfrutar de la conversación, de forma que en una reunión de amigos, por ejemplo, las relaciones humanas sean lo primero y el alcohol ocupe un lugar secundario».
A veces, cuando alguien no ha medido su capacidad de aguante y se siente mal, por su estado de embriaguez, se intentan buscar soluciones mágicas. Son los típicos remedios caseros, como tomar café con sal para provocar el vómito, o un complejo de vitamina B. Pues bien, «eso es lo que nunca se debe hacer». Según el responsable del Centro de Drogodependencias, «en estado de embriaguez hay que acudir siempre a un servicio de urgencia, que es donde recibirán el tratamiento adecuado».
«No automedicarse»
«De ninguna manera hay que automedicarse», insiste Torres, quien recomienda no recurrir nunca a los remedios caseros ni automedicarse. «No hay que olvidar que el alcohol es una sustancia tóxica», dice. «Cuando se bebe mucho y de forma desmedida en un tiempo muy pequeño, nuestro sistema orgánico no llega a metabolizarlo».
Por eso, según Torres, «es muy importante beber muy lentamente, hacerlo con el estómago lleno y llevar las cuentas de las copas». «Es una forma de reducir los daños que pueda producir la ingesta de alcohol», concluye.
Tendencia a la baja para tener a mano
Así están las cosas: Según el Director del Centro Provincial de Drogodependencias, el consumo de alcohol se ha estabilizado, incluso, tiende a la baja, en el conjunto de la población. Esta tendencia se da tanto en Andalucía como en el resto de España. Sin embargo, el consumo de alcohol ha aumentado entre los jóvenes, fundamentalmente, durante los fines de semana. Las edades en las que se empieza a beber son cada vez más tempranas. Los jóvenes comienzan la ingesta de alcohol a partir de los doce años. Pero además, entre los jóvenes, beben más la chicas que los chicos en una determinada franja de edad (en fines de semana). Según el director del Centro Provincial de Drogodependencias, los datos ponen de manifiesto que las chicas de entre 16 y 18 años consumen más alcohol que los chicos de esa misma edad.