Entre finales de 2019 y comienzos de este año, al país más pequeño del Cono Sur le interceptaron más kilos de cocaína que en los veinte años previos: unas 12 toneladas que salieron o iban a salir de Uruguay en diferentes cargamentos internacionales fueron incautadas en menos de seis meses.

Era un volumen insólito para Uruguay, pero el hallazgo no representaba un cambio en el rol del país, sino que ponía en evidencia algunas transformaciones que ha experimentado el tráfico internacional de drogas en la última década, registrado por los reportes de Naciones Unidas y de la Unión Europea. Un movimiento económico global, poderoso, que no se ha interrumpido por la pandemia.

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