Al introducirse el tratamiento antirretroviral la mortalidad relacionada con el sida se redujo drásticamente en los países occidentales. Sin embargo, esta disminución no ha seguido manteniéndose de forma tan llamativa en los últimos años. Los motivos son diferentes a la propia infección y parecen empezar a tener importancia: los enfermos viven más tiempo (se ha alcanzado los 10 años de supervivencia) y se pueden morir de otras cosas.
En la revista «Lancet», se ha publicado un estudio en el que se analizan los factores de riesgo de mortalidad entre pacientes con infección VIH, para ver si existen factores «demográficos» como la edad, el sexo o las enfermedades que se asocian a mayor riesgo de fallecer.
Los pacientes que se han contagiado por consumir drogas por vía parenteral son los que ahora tienen más probabilidad de morir, a diferencia de lo que ocurría hace cinco años, cuando los hombres que se habían infectado por tener relaciones sexuales con personas de su mismo sexo eran los que tenían más riesgo. Otra cosa que ha cambiado es la relación entre la edad de contagio y el peligro de fallecer: mientras hace cinco años los contagiados después de los 45 años fallecían antes, en la actualidad la edad de contagio no se relaciona con mayor riesgo de morir.
El tratamiento antirretroviral sigue permitiendo que los pacientes con sida vivan más tiempo y de mejor forma, sin embargo en los últimos años se está viendo un efecto «saturación» del beneficio obtenido: cada vez menos enfermos inician tratamiento (la mayoría de los afectados lo iniciaron hace años y siguen con él, por lo que el número de personas que se incorporan a la terapia es cada vez menor). Además, los fármacos pueden fracasar (algo que se ve más ahora que ha pasado más tiempo y el riesgo de presentar resistencias al tratamiento es cada vez mayor), y los pacientes que han vivido todos estos años gracias a la medicación pueden fallecer de causas no relacionadas con la infección.
Analizar las causas de mortalidad en los pacientes que llevan muchos años con la enfermedad tiene ahora un interés especial, ya que muchos enfermos no mueren por consecuencia directa de la misma, sino por otras enfermedades en ocasiones relacionadas con su edad. Para poder determinar la eficacia del tratamiento, es importante diferenciar entre los sujetos que fallecen por el fracaso del mismo y los que lo hacen por otros motivos.