Los carteles brasileños, afincados principalmente en las favelas de Río de Janeiro y San Pablo, se han hecho cada vez más poderosos, al punto de desafiar a las autoridades organizando irrupciones en las ciudades y matanzas indiscriminadas.
Según los investigadores peruanos, entre enero y mayo la policía antidrogas detuvo en el aeropuerto internacional Jorge Chávez a 106 personas que pretendían transportar droga a Brasil, en su mayoría mediante la modalidad de ingesta de cápsulas. «Brasil se ha convertido en un mercado muy atractivo para los narcotraficantes peruanos», explicaron agentes de la DINANDRO: «Pero no toda la droga se queda allí. Una parte es enviada a la Argentina», afirman.
De acuerdo con los datos de la DINANDRO, entre enero y mayo de este año en el aeropuerto internacional fueron apresados 266 «burros» (así le llaman a las «mulas» que llevan la droga); además de las 106 que iban hacia Brasil, un 17 por ciento tenía como destino España y otro 16 por ciento a la Argentina.
Segun fuentes de la DINANDRO, «Brasil es un mercado muy atractivo por el precio que se paga por la cocaína, y porque desde allí una porción importante se envía a la Argentina; necesitan ampliar sus mercados».
Para la policía antidrogas es claro que en Perú hay dos organizaciones distintas: una que envía cocaína directamente a Brasil y luego traslada un porcentaje hacia a la Argentina; y otro grupo, que remite la droga directamente a la Argentina.
«Por eso se ha creado la División de Investigación y Control de Insumos Químicos (DICIQ), para detener el flujo de precursores químicos destinados a la producción de cocaína. Es parte de la nueva estrategia para bajar la sobreproducción», dijeron en la DINANDRO: «En el contrabando de insumos químicos hasta están metidos miembros de lo que fue Sendero Luminoso».