Investigadores de la Clínica Mayo (EEUU) siguieron durante tres años a 469 enfermos de cáncer que sufrían pédida de apetito o de peso (al menos 2,2 kilos), un problema que afecta a más del 50% de los pacientes con esta patología.

Los participantes fueron divididos aleatoriamente en tres grupos. Los primeros recibieron un tratamiento estándar (acetato de megestrol) mientras que el segundo colectivo tomaba dronabinol, un fármaco derivado del cannabis. Al resto de los pacientes se les proporcionaron ambos fármacos.

Conclusiones

De este modo, los autores constataron que el 75% de los participantes del primer colectivo reconoció que su apetito había mejorado. Sin embargo, sólo el 49% de los enfermos que recibían el derivado de la marihuana detectó esta mejoría.

Asimismo, el 11% de los pacientes del primer grupo ganó peso (al menos el 10% de su peso que inicial), mientras que sólo el 3% del segundo colectivo experimentó este beneficio.

Entre los pacientes que tomaban ambos tratamientos combinados, no se apreciaron diferencias significativas con respecto a los enfermos que sólo tomaban la terapia habitual (acetato de megestrol).

Nuevas investigaciones

Según los autores, «estos hallazgos aguarán el entusiasmo por emplear los derivados de la marihuana para este propósito».

Sin embargo, la directora de este trabajo, Aminah Jatoi, precisa que tampoco el acetato de megestrol es la respuesta completa (aunque sí un tratamiento más eficaz que el cannabis), por lo que serán precisas nuevas investigaciones para encontrar mejores fármacos.