El efecto de un solo cigarrillo podría permanecer latente durante años y propiciar, al cabo de este tiempo, la adopción del hábito de fumar. Según señala un grupo de expertos británico, los jóvenes que probaron el tabaco en una ocasión son más propensos a convertirse en fumadores regulares aún pasados tres años desde su único contacto con esta droga.

En el trabajo, publicado en «Tobacco Control», participaron más de 5.800 jóvenes procedentes de 36 escuelas del sur de Londres. De ellos, los expertos siguieron a más de 2.000 durante cinco años, lo que les permitió estudiar la variación del consumo de tabaco en el rango de edad entre los 11 y los 16.

«Los alumnos que con 11 años afirmaron haber probado los cigarrillos sólo una vez, pero que no fumaban en ese momento, fueron más propensos a adoptar el hábito en una edad más tardía que aquellos que no lo habían probado», explica el estudio. Esta condición aparece «incluso después de un lapso de tiempo de tres años de no haber fumado».

El posible efecto latente del tabaco refleja cómo este tipo de adicción puede tardar bastante tiempo en gestarse. Según los especialistas del University College de Londres, distintos ensayos han afirmado «que el paso de la experimentación temprana al uso regular de los cigarrillos puede llevar varios años».

Posibles explicaciones
Los autores ofrecen algunas explicaciones de lo que ellos denominan «efecto durmiente». En este sentido, se refieren a la modificación de los mecanismos neuronales de recompensa como posible causa. En tal caso, la única exposición a la nicotina habría aumentado «potencialmente la vulnerabilidad frente a una posterior adopción del hábito».

Los cambios en el ambiente que rodea al adolescente (el consumo de los amigos, el colegio, las tradiciones religiosas…) también pueden favorecer el uso habitual del tabaco. Por otro lado, el haber fumado ya en una ocasión puede eliminar barreras que dificultarían el inicio, como no saber fumar o temer a las reacciones adversas.

Sea cual sea la explicación, los autores subrayan la importancia de prevenir este primer consumo. Y piden una mayor atención frente a los casos de adolescentes que afirman haber probado el tabaco para así impedir que su inicio temprano se convierta en una adicción.

En este sentido, el ensayo destaca que es fundamental que las nuevas investigaciones tengan en cuenta el consumo de tabaco de los niños, adolescentes y adultos. De esta forma, comenta, se podrá conocer cómo los fumadores pasan de dar su primera calada a encenderse un pitillo de forma rutinaria.