Investigadores del Dana-Faber Cancer Institute de Boston han identificado una proteína en monos que bloquea la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El trabajo se publica en el último número de la revista «Nature».

El descubrimiento puede permitir la mejora de los modelos animales de investigación sobre el sida, ya que existe una molecular similar en humanos que quizá podría usarse para la prevención y la terapia.

La molécula, denominada TRIM5-alfa, es el primer ejemplo de una inmunidad innata -previamente no conocida del sistema inmune- que detecta la presencia de virus. Cuando entra en la célula evita que causen daño. Esta proteína se conoce desde hace tiempo pero no se sabía para que servía.

«Este el es primer dato de una inmunidad intracelular hecha de factores naturales que bloquean específicamente a los retrovirus como el VIH», explica Joseph Sodroski, uno de los investigadores de la Universidad de Harvard que ha participado en la investigación.

«Este hallazgo aumenta nuestros conocimientos y nos podría hacer capaces de manipular el bloqueo en los estadios iniciales de la infección», añade Sodroski.

Posibles aplicaciones

Las células humanas contienen una proteína similar, pero es menos efectiva que la de los monos para bloquear la infección por VIH. Es posible que si se lograra potenciar dicha molécula mediante manipulaciones genéticas se pudiera ayudar a evitar el contagio de la infección o el desarrollo de la enfermedad.

De hecho es posible que las diferencias que existen entre los distintos individuos a la hora de desarrollar la enfermedad pueda tener que ver con presencia de moléculas TRIM5-alfa más o menos potentes.

El uso terapéutico de este hallazgo es algo que todavía está en el terreno de la especulación, según los autores del estudio,. El siguiente paso es encontrar la forma de aumentar la efectividad de la molécula humana o evaluar si la proteína hallada en monos, de mayor potencia, puede administrarse a personas.

El virus del sida se introduce dentro de las células que infecta mediante un proceso de fusión, tras el cual se libera la cápside que contiene el material genético. La proteína TRIM5-alfa reconoce las cápsuras virales y las rompe, de modo que la maquinaria genética del virus no puede introducirse en el núcleo de la célula infectada, con lo que evita que infecte a la célula.

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