Un peculiar salario.Un toxicómano vigués al que la Policía Nacional sorprendió en junio de 2005 con casi 40 gramos de cocaína y heroína alegó ayer que la droga, además de para su propio consumo y el de su novia, era para dos amigos suyos que realizaban trabajos de fontanería y carpintería en su casa. Los dos estaban en paro y, según el relato del acusado, se ofrecieron para ayudarle a realizar la reforma de su casa a cambio de un sueldo a base de estupefacientes. “En vez de pagarle en dinero, les daba droga”, aseguró en el juicio. Pese a tener dos condenas firmes por tráfico de drogas, este vigués, Juan L.O., alias Rocky, negó que la droga incautada estuviese destinada a la venta.

Una versión que no se cree el fiscal, que pide para él una condena de 5 años de cárcel y el pago de una multa que asciende a 19.200 euros. Por su grave adicción, que provocó que el día que lo detuvieron sufriese el denominado síndrome de abstinencia, la acusación contempla la atenuante de drogadicción.

Trasiego

El “gran trasiego” de toxicómanos a la casa de Rocky, en San Paio de Abaixo, llevó a los policías a establecer un dispositivo de control que culminó con la detención del acusado cuando éste regresaba, en motocicleta, de comprar la droga en Teis. La llevaba repartida en dos bolsas y escondida en un guante de lana. “Me costó mil euros; yo pagué quinientos y pico y el resto me lo fiaron”, relató el imputado ante el tribunal de la Sección Quinta de la Audiencia Provincial.
La cocaína y la heroína la sufragó, aseguró, con lo que cobraba por el paro -370 euros- y con lo que le daba su familia.

El fiscal sostiene que en realidad sus ingresos provenían del tráfico de drogas y, precisamente, uno de los testigos que propuso para el juicio había declarado en Instrucción que le compró estupefacientes a este vigués. Ayer, pese a estar citado, no compareció, motivo por el que se suspendió la vista al considerar el fiscal que su testimonio es “fundamental”. La defensa, mientras, resaltó que los policías no llegaron a ver al acusado vendiendo droga a nadie y que la misma estaba en bolsas, y no repartida en papelinas, como es habitual en la venta.